Dios aprieta pero no ahoga.

¡Hoy sí que estoy contento! la frase del título de la entrada de hoy es una verdad como un templo, ¿qué digo un templo? como una catedral inmensa. Nunca creí que me pudiese alegrar tanto de lograr un simple contrato temporal pero es que llevaba una racha que no era normal.

La semana que viene vuelvo a ser productivo, ¡A CURRAR! y además en algo relacionado con los deportes, lo cual aparte de encantarme me hace pensar en las casualidades que tiene la vida. Llevo unos meses que no paro y me sale un trabajo en una de las peores épocas laborales de España y encima relacionado con mis aficiones, hace pensar, ¿será casualidad, el destino?  me da igual, será una "serendipia" como dicen ahora. Lo que tengo claro es que por muy mal que vayan las cosas, si se sigue intentando, se puede salir de cualquier túnel. Estoy contentísimo, tanto que en 20 minutos salgo a sudar la camiseta. 

Punto de inflexión, ahora a trabajar duro, a espabilar y a continuar corriendo, esforzándome y mejorando.Nunca se debe tirar la toalla, que queda mucho camino por andar (y ahora con un peso menos encima).

P.D.- YUJUUUUUU