Felicidades

Hoy es 10 de noviembre, sería el cumpleaños de mi madre y el Corte Inglés se encarga de recordármelo (aunque no haría falta,claro) enviando todos los años una tarjeta de felicitación a pesar de que di de baja su tarjeta una semana después de  su partida, en fin.

Recuerdo que los días previos a su cumpleaños mi hermana Marta y yo nos telefoneábamos mil veces para decidir qué le regalaríamos entre los dos, que si un bolso, o esa cazadora que me dijo que le gustaba, un adorno para la casa (no nos caben más) o la Nintendo con el brain training que tanto disfrutaba. Era una tradición que nunca fallaba, como la lotería de navidad. "Te ingreso en tu cuenta la mitad y lo compras tú" "lo encargo por internet y me pagas la mitad" ...era divertidísimo y ella siempre agradecía el regalo como si fuese el mejor de su vida. No es por nada pero al final siempre tenía yo la gran idea (porque vivía con ella, claro). hoy los dos nos hemos acordado de eso riéndonos aunque algo tristes, claro.

Pero bueno, como para ciertas cosas no hay remedio,  me siento optimista y me gusta recordar a los que ya no están con alegría, al despertarme hoy sabía que el día iba a deparar algo bueno. Y así fue, lucía el sol después de un gran temporalazo,  disfruté un cafetito a media mañana con buenos amigos y ¡tachán! se produjo la esperada llamada. El viernes firma de contrato y el lunes a madrugar y currar como un condenado ¡bien!. 

 

Así que después de esto comprenderéis que abandoné el teléfono de marras por ahí y me largué a correr por la playa y pinar feliz como una perdiz. Hoy, como entrené solo y no pensaba correr no sabía muy bien qué hacer. Ya comenté que no se me da bien hacer series sin compañía y como  pienso hacer una tirada larga el viernes  opté por esa especie de "fartlek" o cambio de ritmos versión cabañesa que a veces hacemos: Calentamiento de veintipocos minutos y posterior paliza un minuto a toda pastilla, uno a ritmo de trote lento, otro a toda velocidad y otro despacito, así diez veces. Me quedé encantado. Después de hacer unos recados me decidí a ir a la piscina municipal, que para algo la pago y he hecho, por tercera vez esta semana, 60 largos, que es un nada despreciable kilómetro y medio. Así que se ve que sigo en buena forma. Como me quedan pocas mañanas libres, entrenaré a mediodía mientras pueda, que es una gozada sentir el sol calentándome la mollera y estos meses oscurece muy prontito.  (En la foto soy el de la camiseta azul, en pleno sprint por el pinar, killoke y Tom  ¿envidia?)

Sentado ahora en el sofá he leído en una revista atrasada una entrevista a Rafa Nadal que me ha recordado por qué admiro tanto a este hombre.  Aquí dejo alguna de sus perlas, que creo que siguen una linea similar a la que intento que transmita este blog: 

Hablando de la mala racha que pasó hace algo más de un año y su triunfal regreso afirma que "Siempre he tenido claro que la única manera de superar la adversidad, tanto en la vida como en el deporte es ser lo suficientemente valiente para pelear hasta que las cosas empiezan a salir como quieres. Eso y que sin pasión no se puede llegar a la victoria en ningún aspecto" ¡Qué tío! no puedo estar más de acuerdo con lo que dice. 

Cuando se le pregunta acerca de si puede llevar una vida normal siendo tan famoso y rico, coincide conmigo al decir que lo realmente importante es mostrar la educación que se recibió de niño, ser honesto con uno mismo y con los demás.   ¿Cómo se puede ser tan sensato a los 24 años? pues he ahí el quid, con la educación que se le dio de niño. No tengo hijos, pero si los tuviese intentaría educarles así, de modo que tuviesen clarito que no se trata del coche o la casa que tengas, sino de la forma en que te comportas en el caso de conseguir esas cosas. 
En fin, un crack en todos los sentidos y un ejemplo a seguir. 

Ahora a descansar, mañana a correr y disfrutar lo que me queda de "vacaciones" a partir del lunes, a disfrutar  trabajando y a seguir corriendo y caminando, que queda mucho camino por delante. Felicidades mamá, este año te regalo una buena noticia que seguro que te encantaría,  un contrato laboral que pienso aprovechar.