Granizado de corredor...

¡Menudo rodaje el domingo! El otro día hablaba de que ya que estamos en Galicia y no nos queda más remedio que aprender a convivir con la lluvia y el viento, habría que buscarle el lado positivo y disfrutar de la poética de una cortina de orballo que nos refresca, el ruido de las olas al romper y el de las hojas al crujir. Hasta ahí todo bien, es bonito, es la verdad. Pero lo de ayer fue demasiado. 

A cuatro incautos corredores de la comarca se nos ocurrió la feliz idea de hacer un rodaje largo en Cabañas. Para variar y no estar dando vueltas al mismo circuito (precioso por cierto) pinar-playa-pinar, decidimos aventurarnos otra vez por los caminos de barro que llevan hacia Seselle, Ares y demás aledaños. Allá íbamos los cuatro encantados, contentos de nuestro ritmo y charlando de lo divino y lo humano. Lo malo fue al llegar a Seselle (playa de Ares, a unos 8 km del punto de partida) nos sorprendió una granizada tremenda aderezada con un ventarrón lateral más gélido que la sección de congelados de Alcampo. ¡Madre mía cómo aceleramos para resguardarnos bajo un cutre tejadillo! yo creo que en los 300 escasos metros de distancia entre la orilla por donde corríamos y el susodicho tejado batimos varios records olímpicos, mundiales y, si los hay, universales. ¡Qué frío hacía! yo creo que el pedrisco me ha hecho varios chichones.

Como ya estábamos empapados, seguimos corriendo un poco más y luego dimos la vuelta hacia Cabañas. Yo creo que volvimos a un ritmo nada despreciable, subiendo cuestas a toda velocidad, saltando charcos y esquivando piñas, ramas y piedras...¡una gozada! al llegar a Cabañas, dos largos a toda velocidad a la playa y cuando ya habíamos pasado la hora y media de duro rodaje salí disparado hacia la ducha calentita. Los de Repsol se frotan las manos porque me parece a mí que vacié medio depósito de gasóleo....

Comentaba por la tarde uno de los corredores que casi le tienen que dar de comer, ya que tenía las manos tan congeladas que casi no podía cerrar los dedos. A mí me pasó lo mismo, estaba totalmente agarrotado pero muy satisfecho. 

Sufrimos, pero disfrutamos. La sensación que se le queda a uno después de uno de estos rodajes explica por qué nos gusta este deporte, no se puede explicar facilmente, pero una vez que te enganchas, no es fácil dejarlo. Se puede decir que este rodaje gélido supone "una muesca más", otra experiencia, ya no me da miedo ir a ninguna carrera, si la hago bien, estupendo, sino, qué se le va a hacer ya se mejorará en la siguiente. 

Hoy empecé a trabajar otra vez, estoy muy feliz aunque me noto "un poco pez", habrá que ponerse las pilas. 

Estos días tengo un poco abandonado el blog por problemas técnicos (vamos, que se me ha quemado el portátil) es una pena porque echo de menos escribir más y con más calma. Ya volveré a ser el que era, lo importante es que sigo contento y aún queda mucho por andar.