DESAFÍOS...

"...sólo los que se atreven a llegar lejos, son capaces de llegar a saber lo lejos que pueden llegar..."
T.S. Elliot

lunes, 31 de diciembre de 2012

Entre pitos y gritos..¡Feliz año nuevo!

Otro año acaba. En teoría un año negro negrísimo, para olvidar: que si crisis, paro, guerras, corrupción, estafas....Sí, cosas muy malas, pero para recordárnoslas están los telediarios. Yo prefiero resaltar lo bueno, que siempre hay algo, por ejemplo el mundo no se ha acabado, como algunos pronosticaban, algo es algo ¿no?.

Como este es un "contenedor rudimentario de desfogues personal", pues me centro en lo mío, que cada cual piense sobre todo en lo positivo, que es buena forma de acabar un año y mejor aún de empezar otro. 
Un día cualquiera
Algunos amigos han tenido niños, la mayoría de mis conocidos mantenemos el trabajo o hemos cambiado, alguno que estaba destinado lejos de los suyos ha regresado, he visto películas buenas, he leído libros estupendos, me he reído tanto o más que otros años, he cambiado hábitos (a mejor), he ido al concierto "un día cualquiera" de los Padel Rock en verano, he redescubierto sonidos que desde pequeño no escuchaba....podría seguir escribiendo pero tengo poco tiempo que en 6 horas tengo una San Silvestre y quiero dejar todo preparado para la juerga de la noche. 

Me quedo con un par de cosas personales: Empecé 2012 sabiendo que me iba al paro en breve y encima lesionado, dos meses después tenía un buen empleo, en el que he conocido a gente estupenda y un poco más tarde, sin comerlo ni beberlo, acabé mi primer maratón, La Coruña42, "contra viento y marea" (para mi el 2012 ha sido el año del maratón). También hice mi primer acuatlón, después del que tuve más agujetas de reírme que de correr o nadar, me he aficionado a correr por el monte, ....En fin, que sí, que como siempre digo, la vida sigue siendo bella

Ahora a empezar el 2013 con buen pie, con mucho ánimo, objetivos nuevos de los que ya hablaré y con ganas de seguir adelante: 365 días por delante, "mucho camino por andar" ¿no?

Pues eso, que feliz 2013 a todos, que entre "gritos y pitos", como dice la canción de Mecano, los españolitos hagamos por fin algo a la vez. Que sigamos adelante, que tiremos del carro, que trabajemos duro, disfrutemos mucho, no se lesione nadie y esta noche "si bebemos no conduzcamos", brindemos todos, como dice otra canción, con una copa de bondad y cordialidad. 

Recordemos que nadie es un fracasado si tiene amigos, que decía mi ídolo George Bayley,  el de "Qué bello es vivir", y por supuesto, aquí hay uno para todos los que esto lean. 


miércoles, 19 de diciembre de 2012

XXVII Vuelta a la Ría. Sereno en el peligro.


Siempre fiel a su deber, sereno en el peligro, y desempeñando sus funciones con dignidad, prudencia y firmeza….(Cartilla de la Guardia Civil, por el Duque de Ahumada)

Pues nada, que los años pasan (y en ocasiones pesan) y este domingo se celebró la 27ª edición del Memorial Adolfo Ros, Medio Maratón Vuelta a la Ría. La tercera en la que participo. 

Este año tocaba la salida y llegada en el ayuntamiento de Neda, famoso por su pan y sobre todo por las “minivueltas a la Ría” que hacemos todos los jueves de verano un nutrido grupo de corredores de la comarca.  
La semana anterior fue climatológicamente, terrorífica, un frío que pelaba, vientos huracanados, lluvias torrenciales, granizadas, alertas de todos los colores….vamos, parecía que los Mayas tenían razón y el fin del mundo (mundial) se acercaba. Por si fuera poco lo gris de los días y lo negro negrísimo de las noches, las cadenas de televisión, en un alarde originalidad, solo programaban (aparte de los consabidos programas de cotilleos/gritos/alaridos/insultos y series de crímenes todas exactamente iguales) películas apocalípticas: Que si Armaggedon, el Núcleo, el Fin de los Días, el Día Después de Mañana…..y así una larga lista, vamos, ¡para dar ánimos!


Pero bueno, si el mundo se acaba (y encima en viernes y el día antes de que me toque el gordo, tiene narices la cosa) había que aprovechar los días restantes y, a pesar de la escasez de entrenamientos de estos meses, ¿qué mejor manera que participando en LA CARRERA, con mayúsculas?

El día previo ya fue de inmersión en el ambiente de la Adolfo Ros,  me pasé toda la mañana en la tienda DÉCIMAS de Ferrol, donde se entregaban los dorsales, charlando y saludando a los muchísimos corredores conocidos que allí fueron, jeje, parecía el jefe de protocolo de un acto ceremonial, ¡hasta fotos nos hacíamos recogiendo el dorsal!. Diego me va a tener que poner en nómina, los clientes ya me piden a mi que les atienda.
A pesar de ser una carrera en la que iba solo con la intención de terminarla sin sufrir mucho,  me puse lo suficientemente nerviosos (¡qué caray, no dejaban de ser 21 km corriendo por un tobogán de asfalto en paños menores con un tiempo malísimo!) para no dormir bien y acudir a Neda con unas ojeras considerables. Algún amiguete quería sustituir el “cabañés” de mi dorsal por “resacoso” pero esta vez no era cierto.

La cantidad de gente que llegó algo tarde a por el dorsal motivó que el padre del homenajeado diese el disparo de salida con unos 20 minutos de retraso, lo que supuso unos 20 minutos de espera bajo la lluvia, pero bueno, todo fueron saludos, risas, fotos, las acostumbradas anécdotas…en fin, esos momentos que le dan parte de su encanto a participar en carreras. Sonó el PUM y allá fuimos, a rodear la Ría de nuevo.


Esta vez no corrí con mis amigos acostumbrados, ya que la mayoría eran ambiciosos con sus marcas, lo que ocurre es que en estas zonas conozco al 70% de los participantes, jeje, así que me uní a algún otro cuarentón poco entrenado pero aún así, los primeros 5 km (hasta el puente  de las Pías) fueron mucho más rápidos de lo que me esperaba. Y como ese puente me da canguelo porque como se ponga a soplar el amigo Eolo no hay quien lo cruce, pues ahí aceleramos. Total, que en el km 10 llevaba un ritmo (y lo que es mejor, una frescura) nada conforme a mi nivel de entrenamiento ni a mi peso, estaba alucinado.  

Como suele ocurrir, en las carreras se hacen grupitos. De hecho hasta el km 16 fuimos  juntos 4 o 5 corredores que íbamos contándonos cosas y animándonos, además en esta ocasión coincidimos de vez en cuando con los participantes en silla de ruedas. Nos adelantaban en las cuestas abajo bromeando, se nos cruzaban en llano, les dejábamos atrás en las cuestas arriba…una gozada compartir carrera con gente así, con ese espíritu de superación y esa alegría. La verdad es que son un ejemplo y a veces me daban ganas de aplaudirles. 

Más variedad le dio al grupo que integrábamos la presencia casi constante, entre el km 7 y el 14, del todo terreno de la Guardia Civil que apoyaba a la organización y supongo que estaría para controlar el tráfico a mitad de carrera y seguir especialmente a los participantes en silla de ruedas. El caso es que como íbamos pegados, nos pasamos la carrera charlando con los beneméritos en cuestión. Que si “vamos a acelerar y así no podéis seguirnos” que si “como vayáis más rápido os vamos a multar” en fin, una coña marinera. Hasta de libros hablamos, uno de ellos “la marca del meridiano” de Lorenzo Silva, sobre una investigación por parte de la Guardia Civil.


En el km 15 la escolta policial nos abandonó. Una hora 15 llevábamos corriendo bajo la lluvia y sobre los charcos y ya notaba el cansancio, pero iba bien. Uno de los del grupito dijo que aceleraba, que gracias a nosotros había mantenido un buen ritmo yendo fresco y que se iba a arriesgar a bajar de 1.35 así que le dio caña. Al pasar el avituallamiento del km 15 el cansancio se multiplicó por 100, era de justicia, sin entrenar no se puede lograr buen resultado. ME fundí del todo en el km 16, estaba totalmente vacío, sin fuerzas, no fue una pájara como en Villgarcía, fue simplemente que no tengo fondo. Empezó a adelantarme gente y decidí “tirar para adelante” al trote, sin perder la sonrisa, ya que estaba en una fiesta mientras otros estaban en casa aburridos dlante d ela tv, por ejemplo. Allá fui, hacia Neda, sin dejar de saludar, chocar manos, decir chorradas y, ya que no iba a llegar bien a meta, por lo menos disfrutar.

Y a fe que lo hice, lo pasé como un enano aunque reconozco que me picó un poco la envidia al ver a mis amigos triunfadores, sobre todo Diego, Pedro y los corredores populares de la Armada, que hicieron unos tiempazos increíbles. Por otro lado, revisando la clasificación, tiene narices que entre los 30 primeros (de 700) haya varios de mis conocidos. Es un incentivo para volver a entrenar (o para codearme con gente más lenta, jejeje).

Prueba superada, “benemérita carrera”, risas a tutiplén y el lunes, creo que por primera vez tras una carrera, ni rastro de agujetas.


Se acaba el año (y esperemos que no el mundo) y me quedan dos o tres carreras de aquí a 2013. Ya contaré (espero…)

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Arriba excursionistas (el día de la marmota)


¡Arriba, excursionistas!¡Hoy es el día de la marmota! ¡Preparaos, porque hace frío! ¡Mucho frío!¿Dónde creíais que estábais, ¿en Florida?...

Esta frase a todo volumen, seguida de la fantástica canción de Sonny  y Cher "I got you babe", despertaba al pobre Bill Murray cada vez que se repetía el día de la marmota, "The groungdhog day"(el día de la marmota)  en la película homónima, titulada en España "Atrapado en el tiempo". 

En la peli en cuestión el día se repetía hasta que salía perfecto. Cuando la veo pienso ¿qué haría yo si eso me pasase y lo supiese? abrazaría gente; aprendería idiomas; bajaría a Cartagena y volvería a besarla, aunque ahora esté casada y con hijos, es más, besaría a todas las que quiero; abrazaría a las limpiadoras, a todos los que sonrieran; me liaría contigo y contigo también; escribiría un poema;   gritaría lo bella que es la vida...que me tomasen por loco, me daría igual. 


Me confesaría, haría el Camino de Santiago disfrazado de Espinete y quizá atracaría un banco;  me pasaría un día entero viendo "Qué bellos es vivir" y "cantando bajo la lluvia", robaría un barco a vela y navegaría, me daría igual volcar varias veces. Le preguntaría a muchos y muchas el por qué de esa cara triste;  le pediría matrimonio a todas. Escribiría verdades como templos en las paredes y en la arena de la playa, cantaría a grito pelado en la Plaza del Obradoiro...Mil cosas haría. Correría desnudo bajo la lluvia, correría un maratón, ¡no! correría más, correría hasta morirme ¡total volverá a sonar la canción y me despertaré! entonces podría volver a correr, o nadar hasta alta mar, hasta que me hundiese o me comiese un pez grande. Intentaría que se reconciliasen quienes yo me sé....viviría muchas cosas. 

¿A qué vienen estas locuras? pues a que el domingo pasado participé en la Carrera de Montaña "CERRO DE LA MARMOTA", como ya había anunciado, carrera en beneficio de la Asociación Pablo Ugarte, contra el cáncer infantil.  En la película el famoso día de la marmota es el dos de febrero, da igual, aquí fue el dos de diciembre. Como necesitaba unos días de desconexión, aproveché unos "moscosos" para viajar 600 km en tren y visitar a amigos y familiares que quiero y participar en esta carrera. Y efectivamente, como decía el locutor,  había que prepararse porque hacía frío, mucho frío...

No paro de repetir que estos meses entreno poco y mal, pero aún así participo en carreras solidarias o benéficas. Ya no me agobian las marcas (aunque me está apeteciendo mejorar otra vez, para qué engañarnos). Un amigo me llamó loco cuando le dije que iba a correr un trail de 25 km, con una temperatura de entre 0 y 5 grados, en un sitio que no conozco. Pero allá fui. El sábado me acosté a la 1.30, después de una rica, abundante y nada apropiada cena, media botella de vino, dos gin tonics y muchas risas. 6 horas después me despertaba hecho polvo, claro, en mi dorsal debería poner "resaca". Tras la ducha nada reparadora me puse la ropa de correr, me recogió mi amigo José D. y allá fuimos, a sufrir. ¡Qué frío hacía! y ¡qué buen ambiente había!. 

(Varios arroyos tuvimos que atravesar)
Me parecía raro no pararme a saludar gente cada dos por tres mientras calentábamos, pero sigo siendo yo y cuando nos colocaos en la zona de salida vino una chica a preguntarme si yo era Miguel, el primo de blablabla, y a desearme mucha suerte, por si fuera poco en plena carrera adelanté a otro primo mío que participaba en la marcha andando. Mi amigo alucinaba, ¡hasta en la Sierra saludo gente!.

En este acto benéfico había el trail de 25 km, una carrera de 11 y una marcha larga. Los primeros 8 km eran casi llanos o cuesta abajo, y Jose iba fresco como una lechuga, me pegué a él y corrimos a un ritmo medio de 4.15 minutos el km, excesivo para mí aunque me encontraba bien, así que decidí dejarle escapar y dosificar. Yo quería hacer kilómetros y cuestas,sin pretensiones de marca, para ganar fondo de cara a la Vuelta a la Ría de Ferrol. Tenía miedo tras la pájara de Villagarcía, pero los km pasaban y me notaba más  o menos bien, sería por ir al ritmo debido.

Llamadme "provinciano" si queréis, pero acostumbrado como estoy a correr en Galicia (algo inigualable) me parecía raro correr en un sitio tan distinto. Poquísimos árboles  en medio de un monte no es algo "normal" para mi. Pero el paisaje era precioso, y como iba "despaciño" disfruté las vistas en todo momento. El amplísimo horizonte era roto por un lado por las montañas nevadas y por otro por las 4 altísimas torres de Madrid. No paraba de mirar hacia todos lados.  

Si bien no caminé en casi ningún tramo, en los avituallamientos sí que me paré largo y tendido, charlaba, comentaba la carrera, estiraba un poco, y vuelta a empezar. La verdad es que disfruté como un enano y me daba igual no conocer a nadie, los corredores charlamos como si fuésemos todos del mismo grupo. El caso es que a las dos horas y pico ya estaba otra vez en Colmenar, los últimos 3 km eran recorrido "urbano" con una inesperada cuesta que desafiaba la ley de la gravedad (jeje, exagerar un poco no es malo) y al llegar a la línea de meta ya estaba mi amigo José esperándome (un cuarto de hora me sacó el tío).

Me dio pena no quedarme a disfrutar del ambiente "postcarrera" y sobre todo saludar a la nueva super corredora que participaba en su primera carrera (la de 11 km), que hizo en muy buen tiempo, pero estaba en casa ajena y tenía comida familiar. En fin,  otra prueba superada, una (otra) maravilla disfrutada y un granito de arena, o un empujón del carro, por una buena causa, como debe ser. 

La próxima carrera ya el día 16, LA CARRERA con mayúsculas, la Vuelta a la Ría, a la que solo iré a participar. Paciencia.

Acabo por hoy, no puedo resistirme a compartir el vídeo de la canción de Cher. I got you Babe. Por cierto que no vi ni una marmota....