DESAFÍOS...

"...sólo los que se atreven a llegar lejos, son capaces de llegar a saber lo lejos que pueden llegar..."
T.S. Elliot

lunes, 28 de enero de 2013

¡Me gusta!

Hoy es lunes y no he parado de currar, llegué tarde a casa y no he podido entrenar. ¿Estoy fastidiado? ¡no!, llevo todo el santo día con una sonrisa en la cara que yo creo que mis compañeros de trabajo se creen que fumo algo raro. Pues no fumo, no,  es que la vida es bella, coño. 
¿Que por qué lo digo una y otra vez? pues...aparte de porque es una verdad como un templo, porque me gustan muchas cosas, ¿ejemplos? a montones...

Me gusta la playa, me gusta correr, me gusta el viento y me gusta el sol. 
Me gusta la lluvia, me gusta la luna, me gusta "eso", me gusta nadar. 
Me gusta el mar, me gustan las sonrisas, me gusta madrugar y me gusta trasnochar. 
Me gusta comer, me gusta besar. 
Me gustan los libros y me gusta pedalear. 

Me gusta remar, me gustan las películas. 
Me gusta emocionarme y me gusta llorar. 
Me gusta caminar, me gusta reír.  
Me gusta escribir y me gusta gustar. 

Me gusta que me besen y me gusta trabajar. 
Me gusta facebook, me gustan los niños.
Me gustan los recuerdos y  me gustan los planes.
Me gusta el blog, me gusta cantar. 
Me gusta cansarme y me gusta descansar.
Me gustan los viernes, me gusta la miel.
Me gusta beber y me gusta el bailar.
Me gusta Cabañas, me gusta el "terrenín"....
Me gustan tantas cosas que me gusta no ser capaz de escribir todas, en fin. 

Los tiempos son difíciles, y sin embargo cada vez hay más gente, entre la que intento estar, que buscan la alegría en las cosas más simples. Hay un auge, quizá en apariencia a veces exagerado del optimismo. yo mismo a veces dudo sino daré la imagen de un seguidor fanático de la sección "autoayuda" de Alcampo.  Me han dicho que soy un "kumbayá" de "Viva la gente". Puede que sí, pero sino intentamos alegrarnos cuando más difícil es todo, mal iríamos. No creo que esté mal el optimismo sino se despega de la realidad. 

De un tiempo a esta parte surgen iniciativas "sonrientes": Los corredores participamos una y otra vez en carreras solidarias en las que o bien llevamos un gorro de Robin Hood y "repartimos" dinero entre los pobres, o nos ponemos una camiseta naranja o rosa y aportamos la cuota de inscripción a la lucha contra el cáncer, por ejemplo. 


Hace unos años causó sensación una moda, iniciada vaya usted a saber donde, consistente en "liberar" los enanitos de jardín. El autodenominado "Frente de Liberación de los Enanitos de Jardín" se multiplicó por todo el "mundo mundial" y se dedicó a liberar las figuras de gnomos y enanitos y soltarlos en bosques, hacerles fotos en exóticos viaje y enviárselas a sus dueños opresores. Fue algo gracioso. 

Poco después nos invadieron los "flashmobs", la multitud de una gran estación en Bélgica se ponía a bailar  el DoReMí de "Sonrisas y lágrimas", o los paseantes de Central Park bailaban el Thriller de Michael Jackson...También es gracioso. Otras veces, un montón de gente sonriente se pasa una tarde en la Calle Real dando abrazos gratis (¿verdad Sabela?) y ¡oigan! reconfortan ¿eh? sientan bien...


En las redes sociales proliferan los grupos del estilo de "reparte sonrisas" "un abrazo para cada uno"  etc...y los "me gustan" (ese pulgar señalando hacia arriba) en cada foto, vídeo o mensaje positivo que se comparte se cuentan por miles. 

(El Marqués sonriente, foto de Bores)
Y ahora viene el motivo de la sonrisa. Al ver el dossier de prensa esta mañana me encontré con una de estas iniciativas "buenrollistas" que me tocó el corazoncito. En Ferrol, unos desconocidos que deben estar partiéndose de risa, han hecho este fin de semana un poco de vandalismo...pero del bueno, del gracioso. Las estatuas de dos insignes ferrolanos amanecieron transformadas. El marqués de Amboage, Don Ramón Pla y Monge, que da nombre a la más mítica plaza ferrolana (ahora que ya no hay caballo...) apareció "tuneado" con la cabeza cubierta por un torpe pero gracioso remedo del típico "smiley" ese icono que todos conocemos. 

Al abuelo "le gusta"
Por otro lado, mi señor abuelo, Don José María, que también tiene su estatua en otra plaza de la ciudad, señalando con el dedo cual Colón descubridor  los astilleros que creó y dirigió, amaneció con la mano cubierta por un "Me gusta" enorme, y al verlo, mi cara y la de mis parientes y conocidos se ha convertido en un "Smiley viviente".  
Por cierto que a la estatua del abuelo ya le habían hecho una "gracia" hace años, poniéndole alrededor del dedo un "donut", como en el anuncio aquel, jejeje. 

En fin, que hoy no he corrido y en menos de un mes tengo una media marathón, ya correré mañana, que será otro día. Estoy contento por muchas cosas, entre ellas, hoy en Ferrol había más sonrisas que nunca a pesar de todo. Y que duren la sonrisa y las bromas, que duren, porque...¡me gusta!

domingo, 20 de enero de 2013

La lluvia cae sobre el suelo gris...

Pero espera, descuida, que ya vendrán, los buenos tiempos volverán,  pero espera descuida, que ya vendrán...la lluvia los devolverá. (Esos ojos negros, Duncan Dhu)

(Ferrol bajo la lluvia,foto de Tomás Masito)

Galicia, la tierra de los mil ríos, dicen. Galicia, donde el cielo es siempre gris, cantan. Galicia, donde la lluvia tiene 100 nombres, escriben....

Vamos, que no para de llover. Llevamos unas semanitas de lo más mojados. Estos últimos días han sido especialmente malos, estamos bajo el influjo de una (otra) "ciclogénesis explosiva", o sea, temporalazo de toda la vida con nombre científico. Esta vez el temporal ha sido bautizado con el sonoro nombre de "GONG". Carreteras cortadas, bajos inundados, ríos desbordados, cortes de luz, carreras aplazadas, el agua saliendo a borbotones por los sumideros, alguna gotera inoportuna, cielo y suelo gris, peligro al volante.... ley de vida, y en Galicia más.

A mi, a pesar de ser un playero empedernido, me gusta la lluvia, me encanta estar calentito en casa y ver a través del ventanal los chaparrones caer. Ahora que oigo un poco mas, me hipnotiza el sonido de la lluvia golpeando los cristales o la persiana por las noches. Pero por muy bonito que sea eso y muy verdes que sean los campos y árboles, cuando se eterniza el caer de agua, uno, ni siquiera un optimista, puede evitar cansarse y entristecerse un poco. 

Por si uno no tuviera bastante con la parte triste de la vida real, en la que los periódicos cada día se superan en cuanto a informarte de robos, corrupciones, caraduras, ex ídolos deportivos que confiesan su dopaje ( y harán caer otro ídolos, me temo) y otras lindezas, encima los días son grises y oscuros. La gente se amodorra en casa, no apetece salir, si vives en el campo te da pereza (o prudencia) conducir hasta la ciudad a tomar algo...un rollo, en definitiva. Menos mal que sabemos que después de la tormenta siempre llega la calma y que "nunca choveu que non escampara", y eso nos da ánimos para seguir adelante. 

Siendo corredor popular en Galicia uno ya está acostumbrado a soportar toda clase de inclemencias en las carreras, corremos contra viento y marea,  a algunos incluso nos gusta correr bajo la lluvia, a mi en particular me motiva, me siento mejor. Sobre todo me gustan las carreras en las que llueve, parece más épico. Pero una cosa es que te pille el chubasco una vez que has empezado a correr y otra es animarte a salir cuando llueve. Reconozco que estar calentito en casa y ver como chorrea sin parar hace que me de pereza "ponerme de corto" darle a la zapatilla. 

Pero hoy necesitaba correr. Suelo correr con gente, soy de los bichos raros que prefieren correr acompañados, aún así, hoy me apetecía hacer km a solas en plan "depuración". Hacer una tirada larga sin preocuparme del ritmo de los demás ni de llegar tarde a ningún sitio. En estos casos lo mejor es hacer un recorrido lineal, que no sea circular, para evitar la tentación de quedarte a la mitad, así que fui a la carretera de las Fragas del Eume, uno de esos paraísos cercanos, si dejas el coche en el aparcamiento y corres hacia Caaveiro, no te queda más remedio que volver luego. 

El Río desbordado
Ha sido una auténtica gozada. Con este tiempo y  a esas horas no había cazadores, gracias a Dios. Correr sin mirar el reloj, bajo la lluvia, por esa carretera/corredoira que sigue el curso del río, rodeado de regatos, helechos, carballos, fauna autóctona y algún que otro paseante  loco, abrigado y a cubierto bajo su paraguas,  encantado de ver que hay gente más loca aún, no tiene precio, como decía el anuncio. 

En fin, el resultado es que esta mañana de domingo han salido unos 22 km en algo así como dos horas, por carretera, barro, agua (estos días han abierto el embalse y el nivel del río supera la carretera en varios tramos) algo de monte e incluso rocas, por las pozas una vez pasado el fantástico monasterio. Todo ello sin parar de llover, sin aburrirme ni un minuto, sintiendo como cada km me fortalecía y cada gota de agua que me mojaba se llevaba el sudor y los agobios. Después de estirar bien, una caña, un buen caldo gallego y una pequeña siesta, me siento como nuevo, feliz como una perdiz y con muchas, muchísimas ganas de seguir adelante, que queda mucho camino por andar y hay que recorrerlo, llueva o haga sol. 

Que llueva, que llueva, que xa escampará. 

viernes, 11 de enero de 2013

Tres san Silvestres y un "érase una vez..."

Bueno, acaba de empezar el año y este domingo iré ya a la segunda carrera del 2013, la San Julián (o san Xiao en vernáculo) de Ferrol. Otra carrera que "tripito", un 10.000 céntrico, por adoquines, y con alerta naranja meteorológica, empezamos con ganas.

El sábado pasado, víspera de Reyes, participé en la sorprendentemente divertida II San Silvestre Popular de As Pontes, de 5000 metros, aquí al lado. Ya, ya se que las San Silvestres son el día de Fin de Año pero en Galicia somos así,  la de Ares/Mugardos se celebra el último domingo de diciembre, sea el día que sea y ésta, como llovia mucho el 31 de diciembre, se aplazó al sábado, lo cual fue estupendo porque así pude participar el 31 en la fantástica san Silvestre Rialto (probablemente una de mis carreras preferidas, de 7800 metros) y el 5 en As Pontes, carrera que además vio incrementado el número de participantes gracias al cambio de día.

La coña es que el día 30 había ido a la mencionada y peculiar "san silvestre" que va de Ares a Mugardos y vuelta a Ares (10000 metros con buenas cuestas), así que he podido ir en 7 días a 3 carreras que en teoría se deberían celebrar a la vez, Cabañés tiene el don de la ubicuidad, jeje.
Lo curioso es que me quedé encantado en las tres, hice unas marcas bastante buenas teniendo en cuenta mi poco entrenamiento y el hecho de que en estas carreras la mitad del recorrido lo haces bromeando. A ver si sigo así, poquito a poquito y sin lesionarme.

Pasemos al "Once upon a time..", que dirían los vecinos de "Chéspir". Me apetece contar una historia de esas que me gustan y cuando se recuerdan hacen que te olvides de las agujetas, el cansancio, las cosas malas (que haberlas haylas, como las meigas) y te anima a hacer cosas nuevas, aprovechar el tiempo y disfrutar de lo bueno de la vida (que es mas que lo malo, como ya sabemos).

La historia, evidentemente muy cercana, me vino a la cabeza ayer por casualidades de la vida. Por un lado una amiga recordaba una carta que recibió de niña en la que cierto "novio" de la infancia le contaba que estaba "malito" y por otro lado, ayer, cuando sufría corriendo por el pinar/playa/ paseo/corredoiras de la zona en la "tirada larga" de esta semana, un amigo me comentaba la historia de un conocido de la comarca que hace años era campeonísimo (de hecho tiene alguna marca imbatida aún hoy en España) y que tuvo que dejar de correr de golpe, por una enfermedad. Los sudores del trote se ve que afectan a las neuronas y relacionando una cosa con otra, me apeteció escribir esto.

Pues eso, ahí va la historia. Había una vez un niño de unos 9 años, el menor de una numerosísima familia  El ultimo mono, según algunos y el rey de la casa, según otros. El mimado, eso sí, para qué negarlo. Pues bien, un día el cativo en cuestión se despertó de color azul, como los pitufos, sin poder respirar y tosiendo como un energúmeno. Sin entrar en detalles, una enfermedad algo rara (tanto que nunca quedo claro de que demonios se trataba, hablándose tanto del famoso síndrome tóxico de aquella época como de otras cosas parecidas) le hizo entrar en coma, nadie daba un duro por él pero algo paso y se despertó sin causa aparente, (pidiendo comida, un flan para más señas).

Tras pasar una buena temporada en la UVI y "gozar" de unas largas hospitalizaciones los años siguientes, perdiendo mucho tiempo de colegio, hasta el punto de repetir curso y todo, la enfermedad, el inhalador y las estancias en el hospital parecía que iban a ser parte de su vida.  Pero no, de pronto, dejó de tener problemas, de un año para otro dejó de usar el inhalador y de caer enfermo. El exceso de medicinas le perjudicó el oído pero nada más. Tan pancho. Si no se supo muy bien lo que tuvo, tampoco se indagó mucho en por que dejé de tenerlo.


Muchos años después el golfo en cuestión decide empezar a practicar algo de deporte y un par de añitos más tarde, sin comerlo ni beberlo, finaliza su primer maratón bajo la lluvia. Imagino la cara de incredulidad de los médicos, enfermeras y el propio niño si en aquel tiempo, hace mas de un cuarto de siglo, le dicen que va a correr maratones, 3 san silvestres en una semana y  que (¿nunca aprenderé a decir que no??) se acaba de inscribir a un trail duro para dentro de tres semanas...

¿Moraleja del cuento?  que la vida (aparte de ser bella)  te da sorpresas, sorpresas te da la vida; que nunca se debe uno dar por vencido, que hay que dar gracias todos los días por poder disfrutar de  la vida y que no debemos perder NADA de tiempo. El niño de que hablaba antes ya no lo es, y como hoy ya hizo bicicleta por la mañana y el domingo tiene carrera durilla, esta tarde solo va a "vegetar" en el sofá y pasear por la playa hasta que llegue la hora de tomarse un par de cañas. Buen plan, ¿verdad? es lo que hay, la felicidad de las pequeñas cosas...