DESAFÍOS...

"...sólo los que se atreven a llegar lejos, son capaces de llegar a saber lo lejos que pueden llegar..."
T.S. Elliot

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Quiero escuchar crujir las hojas al andar...

Quiero guardar hojas doradas hasta abril....("pasa el otoño" de Antonio Vega).

Pues nada, que así, como quien no quiere la cosa, los meses pasan y pasan y ya estamos casi en octubre, en pleno otoño. El sábado pasado, uno de los mejores días de los últimos meses dio la bienvenida a la nueva estación. Ya llueve de vez en cuando y aunque hoy aún calienta el sol al asomar entre las nubes, se avecinan días de lluvia y fío. Como diría Antonio Vega el color ocre se funde a gris, y como diría yo, los polos dejan lugar a las camisas de manga larga y jerseys y el bronceado a caras blancas y ojeras. Ley de vida, de nuevo.

Se suele representar al otoño con colores grises. Tanto en cuadros, poemas, canciones o películas, otoño es casi siempre sinónimo de melancolía o tristeza. Pues ¿qué queréis que os diga? está claro que prefiero el sol, el calor y los días largos pero a mi el otoño me gusta, no me entristece, me alegra.  Es época de nuevos proyectos y propósitos, la "vuelta al cole" en todos los sentidos, un cambio de ciclo.

Sí, es una faena que oscurezca antes, y cuando cambien la hora me cabrearé, como todos los años. Es un rollo que la ropa no se seque al aire, que el agua del mar ya esté fría y haya cambiado nadar en mar por piscina, que haya que conducir con más cuidado porque la carretera está mojada.... Pero como siempre, hay que mirar el lado bueno de las cosas, ¿no?, y en el otoño hay también cosas positivas. Yo, por ejemplo disfruto escuchando las olas que en verano no se oyen (porque no hay o porque en donde vivo su sonido es ocultado por murmullos de la cantidad de gente que hay), disfruto del olor a tierra mojada, que ya he dicho mil veces que es el olor que más recuerdos me trae, disfruto del color de los árboles y las hojas, el camino a Caaveiro, por las Fragas del Eume, está realmente bonito en esta época. También disfruto de la tranquilidad que se respira y los últimos años, sobre todo, disfruto y mucho, del crujir del arume y las hojas al correr sobre ellas. De hecho en otras épocas prefiero correr acompañado pero en otoño me da igual correr solo, es más, casi lo prefiero. 

Hablando de correr...Otoño en la Galicia de los corredores populares es igual a La Coruña 10, la Pedestre de Santiago, San Martiño de Orense (yo aún no he ido) y alguna Media Maratón, normalmente Pontevedra al principio de la estación y Ferrol, Vuelta a la Ría, al final, ya en diciembre. Este año mi otoño de "trotador" es distinto, aunque participaré (que no competiré) en la mayoría de esas carreras, todas están al servicio d ela locura en la que nos apuntamos en verano. El 3 de noviembre, día siguiente a los Fieles Difuntos, un servidor agonizará por las calles de Oporto, intentando correr los miticos 42 km y 195 metros que nos cambian la vida a todos en la décima edición de esta prueba. 

Y digo que agonizaré porque, como siempre, no estoy preparando la carrera, al contrario que mis compañeros de aventura que se lo han tomado en serio y tienen más fuerza de voluntad que yo. En fin, el caso es intentarlo y no lesionarse, ojalá en algomenos de mes y medio esté contando que "he vuelto a tocar el cielo".

Puesta del sol en el paraíso cabañés
Sin más, abandono el teclado por hoy, y espero, antes de irme a la cama, poder disfrutar de otra puesta de sol y correr por el pinar, me apetece sudar y "escuchar crujir las hojas al...correr".