miércoles, 19 de diciembre de 2012

XXVII Vuelta a la Ría. Sereno en el peligro.


Siempre fiel a su deber, sereno en el peligro, y desempeñando sus funciones con dignidad, prudencia y firmeza….(Cartilla de la Guardia Civil, por el Duque de Ahumada)

Pues nada, que los años pasan (y en ocasiones pesan) y este domingo se celebró la 27ª edición del Memorial Adolfo Ros, Medio Maratón Vuelta a la Ría. La tercera en la que participo. 

Este año tocaba la salida y llegada en el ayuntamiento de Neda, famoso por su pan y sobre todo por las “minivueltas a la Ría” que hacemos todos los jueves de verano un nutrido grupo de corredores de la comarca.  
La semana anterior fue climatológicamente, terrorífica, un frío que pelaba, vientos huracanados, lluvias torrenciales, granizadas, alertas de todos los colores….vamos, parecía que los Mayas tenían razón y el fin del mundo (mundial) se acercaba. Por si fuera poco lo gris de los días y lo negro negrísimo de las noches, las cadenas de televisión, en un alarde originalidad, solo programaban (aparte de los consabidos programas de cotilleos/gritos/alaridos/insultos y series de crímenes todas exactamente iguales) películas apocalípticas: Que si Armaggedon, el Núcleo, el Fin de los Días, el Día Después de Mañana…..y así una larga lista, vamos, ¡para dar ánimos!


Pero bueno, si el mundo se acaba (y encima en viernes y el día antes de que me toque el gordo, tiene narices la cosa) había que aprovechar los días restantes y, a pesar de la escasez de entrenamientos de estos meses, ¿qué mejor manera que participando en LA CARRERA, con mayúsculas?

El día previo ya fue de inmersión en el ambiente de la Adolfo Ros,  me pasé toda la mañana en la tienda DÉCIMAS de Ferrol, donde se entregaban los dorsales, charlando y saludando a los muchísimos corredores conocidos que allí fueron, jeje, parecía el jefe de protocolo de un acto ceremonial, ¡hasta fotos nos hacíamos recogiendo el dorsal!. Diego me va a tener que poner en nómina, los clientes ya me piden a mi que les atienda.
A pesar de ser una carrera en la que iba solo con la intención de terminarla sin sufrir mucho,  me puse lo suficientemente nerviosos (¡qué caray, no dejaban de ser 21 km corriendo por un tobogán de asfalto en paños menores con un tiempo malísimo!) para no dormir bien y acudir a Neda con unas ojeras considerables. Algún amiguete quería sustituir el “cabañés” de mi dorsal por “resacoso” pero esta vez no era cierto.

La cantidad de gente que llegó algo tarde a por el dorsal motivó que el padre del homenajeado diese el disparo de salida con unos 20 minutos de retraso, lo que supuso unos 20 minutos de espera bajo la lluvia, pero bueno, todo fueron saludos, risas, fotos, las acostumbradas anécdotas…en fin, esos momentos que le dan parte de su encanto a participar en carreras. Sonó el PUM y allá fuimos, a rodear la Ría de nuevo.


Esta vez no corrí con mis amigos acostumbrados, ya que la mayoría eran ambiciosos con sus marcas, lo que ocurre es que en estas zonas conozco al 70% de los participantes, jeje, así que me uní a algún otro cuarentón poco entrenado pero aún así, los primeros 5 km (hasta el puente  de las Pías) fueron mucho más rápidos de lo que me esperaba. Y como ese puente me da canguelo porque como se ponga a soplar el amigo Eolo no hay quien lo cruce, pues ahí aceleramos. Total, que en el km 10 llevaba un ritmo (y lo que es mejor, una frescura) nada conforme a mi nivel de entrenamiento ni a mi peso, estaba alucinado.  

Como suele ocurrir, en las carreras se hacen grupitos. De hecho hasta el km 16 fuimos  juntos 4 o 5 corredores que íbamos contándonos cosas y animándonos, además en esta ocasión coincidimos de vez en cuando con los participantes en silla de ruedas. Nos adelantaban en las cuestas abajo bromeando, se nos cruzaban en llano, les dejábamos atrás en las cuestas arriba…una gozada compartir carrera con gente así, con ese espíritu de superación y esa alegría. La verdad es que son un ejemplo y a veces me daban ganas de aplaudirles. 

Más variedad le dio al grupo que integrábamos la presencia casi constante, entre el km 7 y el 14, del todo terreno de la Guardia Civil que apoyaba a la organización y supongo que estaría para controlar el tráfico a mitad de carrera y seguir especialmente a los participantes en silla de ruedas. El caso es que como íbamos pegados, nos pasamos la carrera charlando con los beneméritos en cuestión. Que si “vamos a acelerar y así no podéis seguirnos” que si “como vayáis más rápido os vamos a multar” en fin, una coña marinera. Hasta de libros hablamos, uno de ellos “la marca del meridiano” de Lorenzo Silva, sobre una investigación por parte de la Guardia Civil.


En el km 15 la escolta policial nos abandonó. Una hora 15 llevábamos corriendo bajo la lluvia y sobre los charcos y ya notaba el cansancio, pero iba bien. Uno de los del grupito dijo que aceleraba, que gracias a nosotros había mantenido un buen ritmo yendo fresco y que se iba a arriesgar a bajar de 1.35 así que le dio caña. Al pasar el avituallamiento del km 15 el cansancio se multiplicó por 100, era de justicia, sin entrenar no se puede lograr buen resultado. ME fundí del todo en el km 16, estaba totalmente vacío, sin fuerzas, no fue una pájara como en Villgarcía, fue simplemente que no tengo fondo. Empezó a adelantarme gente y decidí “tirar para adelante” al trote, sin perder la sonrisa, ya que estaba en una fiesta mientras otros estaban en casa aburridos dlante d ela tv, por ejemplo. Allá fui, hacia Neda, sin dejar de saludar, chocar manos, decir chorradas y, ya que no iba a llegar bien a meta, por lo menos disfrutar.

Y a fe que lo hice, lo pasé como un enano aunque reconozco que me picó un poco la envidia al ver a mis amigos triunfadores, sobre todo Diego, Pedro y los corredores populares de la Armada, que hicieron unos tiempazos increíbles. Por otro lado, revisando la clasificación, tiene narices que entre los 30 primeros (de 700) haya varios de mis conocidos. Es un incentivo para volver a entrenar (o para codearme con gente más lenta, jejeje).

Prueba superada, “benemérita carrera”, risas a tutiplén y el lunes, creo que por primera vez tras una carrera, ni rastro de agujetas.


Se acaba el año (y esperemos que no el mundo) y me quedan dos o tres carreras de aquí a 2013. Ya contaré (espero…)

2 comentarios:

  1. Miguel ,tienes que proponerte un objetivo concreto ,uno ,planificarlo,entrenarlo y conseguirlo,si quieres progresar en tus marcas ,es lo que hay compañero ,piensalo y nos lo cuentas si quieres claro.Un abrazo.

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  2. Killo, ahora empiezan las tardes libres, poco a poco prepararé algo. ¿Objetivo claro yo? ¡si voy a todas!!

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