Formar parte de una multitud resulta una experiencia muy semejante a la intoxicación alcohólica (Aldous Huxley)
El paso domingo se celebró, como ya mencioné por aquí, la V edición de la carrera La Coruña10, carrera popular y a la vez campeonato gallego de 10 km en ruta. No iba yo muy fino, ya he comentado que estoy corriendo de otra manera, algo más flojo y relajado, sin series, limitándome a hacer kilómetros y hacer otros deportes como nadar hasta que me pique el gusanillo.
Hizo un día magnífico, a las 9 de la mañana hacía algo de frío, pero pronto el solazo de que disfrutamos empezó a calentar y la verdad es que no parecía octubre, sino mayo. Solo llegar ya pude coger mi dorsal sin ningún tipo de cola, menos mal. No pasé más de medio minuto sin saludar o charlar con alguien. el calentamiento fue una fiesta, como siempre. También como siempre, a medida que se acercaba el momento de la salida me fui poniendo nervioso lo que llevó al acostumbrado pinchazo con los imperdibles del dorsal, como siempre...
Los amigos que están en forma y pretendían marcas se situaron en las primeras filas (Jorge, Poeta, Manuel Bruma...), los más modestos (servidor, Fon, Diego..) nos pusimos por el medio, o incluso algo más atrás, ya que nos distrajimos charlando y la auténtica multitud que participaba en la carrera nos fue desplazando. ¡Qué cantidad de gente! madre mía. Y de pronto ¡Pum! sonó el disparo y unos dos mil aficionados empezamos a correr llenando las zonas más bonitas de la ciudad de colorido, jadeos, risas y sudor, sobre todo sudor. Me encantan las carreras con tanto participante, mires a donde mires hay gente alrededor, es una gozada. Como dice Huxley, es como estar borrachuzo pero sin resaca (si acaso, agujetas) al día siguiente.
(En olor de multitudes)
Y para terminar la entrada de hoy, ¡buenas noticias! el viernes empiezo a trabajar otra vez, y encima con amigos (aunque por pocos meses) y se ha confirmado que el 11 de diciembre se celebrará mi carrera preferida, la Media Maratón Vuelta a la ría de Ferrol-Memorial Adolfo Ros. La edición del año pasado fue mi primera media, lo pasé como un enano y este año el Ayuntamiento organizador había decidido no celebrarla por causa de la famosa crisis. Muchos de los corredores aficionados enviamos correos con propuestas a la organización y se ve que nos han hecho caso, se suprimen gastos inútiles como los premios en metálico, algunos regalos que se entregaban, se reduce la variedad de los avituallamientos y finalmente se celebra la carrera, encima volviendo a ser una auténtica carrera popular, como debe ser un memorial. ¡Estamos de enhorabuena!
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