DESAFÍOS...

"...sólo los que se atreven a llegar lejos, son capaces de llegar a saber lo lejos que pueden llegar..."
T.S. Elliot

lunes, 29 de octubre de 2012

¡Ultreya! y a todo felispín.

Hay que ver como pasan los años, el pasado domingo participé por tercera vez en la Carrera Popular Pedestre de Santiago de Compostela, carrera que ya va por su 35 edición, que no es poco. Parece que fue ayer cuando me puse los tenis de correr por primera vez y ya estamos "tripitiendo" carreras...

Como últimamente salgo tarde del trabajo (y que dure, el trabajo, claro, lo de salir tarde ya es otro cantar), oscurece pronto,  mi entrenador putativo me ha dejado solo ante el peligro y aquellos con quienes solía entrenar últimamente tienen cada uno su horario, estoy corriendo de un modo raro. Vamos, que no entreno pensando en una carrera en particular, ni hago series ni nada,  así que no mejoro en mis carreras, y sin embargo de una vez estoy acostumbrándome a correr solo y ¡por fin! acabo todos los días más rápido que al principio, la famosa regla del "de menos a mas" que se supone que es básica y yo nunca seguí. Traducción de todo esto: que empiezo a correr a "trote cochinero" y al cabo de un rato me olvido de dolores y cansancios, incremento el ritmo, cambio sin darme cuenta la técnica de carrera y acabo el último tercio del entreno en cuestión a, como decimos en Ferrol "todo felispín" osea, a toda velocidad.  

Resultado, que, si bien en ocasiones corro menos km que antes, la sensación al acabar es mucho más positiva, y como me quedo tan contento y la sonrisa se me ensancha, aplico lo mismo a las carreras, intento salir lento, o, sino puedo, reservar fuerzas a mitad de carrera,  para poder hacer los últimos km rápido y tener esa sensación tan estupenda al cruzar la meta adelantando a muchos. Ahora solo me queda tener más fondo para que esa reserva de energías al principio sea un poco menos exagerada, en breve mejoraré tiempos, estoy segurísimo, pero lo mejor es que cada vez disfruto más corriendo, incluso corro a veces sin cronómetro y me quedo encantado. 

(Por ahí ando yo)
Reflejo de todo lo anterior es lo que pasó en la Pedestre de este domingo. Después de una noche toledana despertándome cada hora para mirar el reloj por culpa del cambio de hora (no sabía si el móvil cambiaba la hora solo o había que cambiarla, ¡no pegué ojo!), a las 8 de la mañana salimos de Cabañas el nuevo compañero de carreras Santi, de los de "de Ferrol de toda la vida" con el que, a pesar de conocernos de vista, no cruzaba palabra hasta que empezamos a coincidir en carreras (este deporte amplía mucho mi círculo social, para que luego digan). 3 grados marcaba el termómetro, y yo allí, en el Obradoiro, haciendo cola para coger mi dorsal con camiseta de tirantes y los pelos de punta. Después del consabido trote de 15 minutos para calentar (y de paso no morirnos de frío) saludando y dando palmadas a diestro y siniestro, como acostumbro, sonó el disparo y casi cuatro mil corredores salimos disparados (valga la redundancia) dispuestos a sufrir pisoteando la capital gallega durante 12 km dirigiéndonos a LA META. 

(La META del Camino)
Y pongo meta con mayúsculas porque creo que ninguna carrera tiene una meta más apropiada que ésta, ni en un estadio, ni en Atenas, ni nada, LA META de todo caminante es, lógicamente, el final del camino, y EL CAMINO, también con mayúsculas, es el de Santiago, así que está clarísimo que la carrera debe acabar en lena plaza del Obradoiro, frente a la fachada barroca que protege el Pórtico de la Gloria. Todas las carreras tienen algo especial, pero en ésta hay algo hasta milagroso, diría yo. Por muy lento que seas, muy lesionado que estés o muy maltrecho que te deje la maldita cuesta de Vite (quien la conozca sabe de qué hablo) no hay nadie, y lo repito, nadie, que no haga los dos últimos km de esta carrera como si fuese una serie de mil, volando, a toda pastilla. Será que los aplausos de miles de personas en el público te empujan, o que el milenario (y resbaladizo) empedrado del centro histórico de Compostela hace que las pisadas reboten, o que los golfos de la casa de la Troya te hagan ir más rápido, o que...¡lo que sea! como ejemplo un botón, yo mismo en el km 8 agonizaba y sin embargo hice el 11 en 4.05 minutos y el doce en 3.58, ¡volando!. Acabé tan contento que me da igual que Alberto el doniñero me sacase el minuto de costumbre, y eso que hasta el km 7 iba yo por delante,  que el desgraciado de mi entrenador, supuestamente lesionado, me sacase otro minuto (mi venganza será terrible) o que haya sido un minuto más lento que el año pasado, el caso es que acabé feliz y veloz, y de eso se trataba. 

Y como siempre, sacaré la moraleja para otros aspectos de la vida. Igual que compensa tomarse las carreras con calma al principio para ir acelerando poco a poco y acabar con la impresión de ser Ussain Bolt, compensará afrontar las vicisitudes con serenidad, ir avanzando con calma, cada vez más centrados hasta acabar superándolas con autoridad. Poco a poco pero progresando, cogiendo carrerilla hasta que no haya vuelta atrás ni nadie que nos detenga. 

¿Próximos retos?, variar un poco, este mes de noviembre un par de carreras cortas y rápidas, una media maratón y en diciembre, pasémonos a la montaña, que siempre es divertida aunque dura. El 2 de diciembre, ya lo comenté, II Marmotada en beneficio de la Asociación Pablo Ugarte, por correr un poco fuera de Galicia y porque, como ya expliqué en otras entradas, me gustan las carreras solidarias, por eso animo a apuntarse a todo aquel que lea este blog y quiera colaborar con una buena causa. 
¡Ultreya!

Nota para los foráneos: En Ferrol, ciudad portuaria y marinera, donde se vive con el misterio de saber si vienes o vas, existe la expresión "a todo felispín", que significa "a toda marcha", fruto de la acomodación a la fonética local de la expresión inglesa "a full speed" propia de la navegación. En Ferrol, como veis, aparte de tener la mejor carrera nocturna del mundo conocido, somos únicos, por eso dormimos en "camas rebatibles" en vez de plegables y corremos con "tenis" en vez de con zapatillas.


martes, 16 de octubre de 2012

Unas castañas asadas, un grano de arena y muchos carros que empujar


Ya estamos en la mitad de octubre, mes que por aquí se caracteriza, además de por empezar el frío, las lluvias y  los días cortos, el olor a castañas asadas y el crujir de las hojas al ser pisadas, por ser un mes plagado de carreras, en el que es dificil elegir cuál correr, de entre las muchas que coinciden. Ante la duda, yo me decanto por las carreras que tienen un fin solidario o benéfico, carreras que por fortuna cada vez proliferan más. Ya comenté que el día 30 de septiembre participé  (junto con otros 400 corredores) en la II Carrera Solidaria Décimas- Narón, y que esta fue un éxito, lográndose recaudar un pellizquito que no viene nada mal a la ONG LENA, para financiar su labor con los niños más desfavorecidos de Sudamérica. Pues bien, este fin de semana tocaba otro diez mil solidario, esta vez en la cercana localidad de Sada y en beneficio de UNICEF.
Se trataba de la II Carrera del Agua- Sada  organizada por el Club de Atletismo de Sada, club lleno de buena gente volcada en la promoción del atletismo, centrándose fundamentalmente en los más pequeños. La recaudación obtenida por las inscripciones de los que participamos se destinó, íntegramente, igual que en el caso de la Solidaria Décimas, a una buena causa, en este caso a Unicef. Ya había participado, ¿cómo no? en la primera edición, y después de lo "soso" que estuve en La Coruña10 de la semana anterior me moría de ganas de desquitarme aquí. Y lo hice, lo hice. 

A pesar de no haber pegado ojo la noche anterior y tener un catarrazo de los que hacen historia, allí estaba yo, a las 9 de la mañana de un domingo, recogiendo el dorsal y saludando sin parar, claro. Participábamos unos 450 corredores populares en la categoría absoluta y, si bien faltaban muchos de los habituales compañeros (las lesiones, lo apretado del calendario y las obligaciones familiares se hicieron notar) la comarca estaba bien representada por muchos de los rápidos y por alguno de los menos rápidos (como yo). Me acompañaron en esta ocasión el Ultracorredor Chedo, a quien le debo la experiencia de mi primer marathón, y Roberto, que últimamente coincide conmigo en todas. Salimos juntos y reservones, quizá demasiado, ya que perdimos bastante tiempo en los primeros km, algo que valió la pena ya que los últimos 4 km fueron los más rápidos que hice en ninguna carrera, especialmente el último. Hace mucho que no llegaba a la meta con esa sensación de volocidad. Una gozada que se convirtió en mayor al decirme el organizador que habían recaudado unos 4000 euros para UNICEF. ¿qué más se puede pedir? colaborar pasánolo bien, perfecto. 

Se ve que esta afición nos convierte en solidarios, ya que mientras yo corría en Sada, otro amigo corredor en el exilio participaba en las Palmas de Gran Canaria en la "I CARRERA SOLIDARIA PARA EL SÍNDROME DE RETT", carrera organizada por Josele, el incomparable padre de María, la niña de "Mi mundo Rett" para dar a conocer el síndrome de Rett y recaudar fondos para su tratamiento. 

Y para admirado, Mariano, el padre de Pablo Ugarte, niño que murió hace un par de años de cancer y, como mejor remediopara el duelo, decidió crear junto con su mujer Dori, la ASOCIACIÓN PABLO UGARTE (APU) que tiene entre sus objetivos colaborar en la investigación y el tratamiento del cancer infantil y apoyar a las familias cuya vida se ve afectada por enfermedades de larga duración, sobre todo por el cancer infantil. Conozco a algún pariente de los padres de Pablo, y he escuchado y leido entrevistas y declaraciones suyas, por lque cuando me enteré de que en diciembre hay una carrera solidaria a favor de esta Asociación, no dudé en intentar liar a algún amigo y rascarme el bolsillo, inscribirme y preparar todo apra ir a Colmenar esos días, a sudar, sufrir y aportar un granito de arena, para empujar otro carro.Allí estaré, en la II Carrera de Montaña Cerro de la Marmota , solo dos semanas antes de la Media Maratón de mi comparca por excelencia, el MEMORIAL ADOLFO ROS , así que la preparación para la misma, a tomar por saco, jeje, si es que me meto en unos berenjenales....

En fin, que aquí seguimos, trabajando (gracias a Dios) y corriendo bajo la lluvia, participando en iniciativas positivas como estas, para aportar granitos de arena de colaboración  sin los que no habría playas de logros y caminando, caminando, empujando carros con quien lo necesiten.



jueves, 11 de octubre de 2012

¿Que por qué corro?

"Estás muy delgado", dicen unos," tienes mala cara". "Cada dos semanas te duele algo distinto" me repiten, " correr detrás de nada es una chorrada" comentan por ahí," hace falta ser masoca para ponerte a correr bajo la lluvia si llegas del trabajo a las 9 de la noche", sentencia otro mientras me mira con cara de reproche, " este año haces peores marcas que el pasado, déjalo una temporada" aconseja un experto, "con cuarenta años deberías hacer algo con menos impacto" apostilla un sabihondo, "correr es de cobardes" dicen los graciosos con poca imaginación...y así podría seguir, recopilando lo que me dicen mis conocidos y amigos que no corren,  hasta el infinito y más allá. 

Será que estamos locos, como decía el poema famoso, nos vestimos de forma ridícula, con camisetas chillonas y medias hasta la rodilla, ¡madrugamos tanto o más el domingo que el lunes!, ahorramos comprando marcas blancas para poder permitirnos unos "tenis" de correr, planificamos vacaciones según el calendario de carreras populares. ¿Por qué?. 


¿Y tú, por qué empezaste a correr? es la primera pregunta que te hacen los corredores nuevos que conoces.  Cada uno empezó por una razón concreta, por adelgazar, por haber dejado de fumar, porque de joven corría y me apetecía volver, por una novia, porque estaba a punto de caer en una depresión, porque oposito y me relaja...hay mil razones, en definitiva. 

Los que no corren te lo preguntan "¿y tú, por qué corres?" y muchas veces no sabes qué contestar.  Cuando llevas dos o tres años corriendo, te lo preguntas tú mismo, a veces no sabes la razón, pero cuando menos te lo esperas, la vida te ofrece la respuesta. 

El sábado por la noche casi tenemos una desgracia familiar gorda. Un susto de los que te hacen pensar y replantearte muchas cosas. Por la mañana, al despertarme y enterarme casi me da "un yuyu", me tuve que tomar una tila y todo, como hasta por la tarde no podía hacer nada, y la cosa estaba estabilizada,  hice de tripas corazón y fui con los amigos corredores a La Coruña 10, sexta edición de una de las más populares carreras de Galicia.
En la furgoneta intentaba, sin conseguirlo,  ser tan coñero como siempre, pensar en la carrera, no en el hospital, pero no podía, el corazón estaba desbocado y el estómago lo tenia fatal. "No voy a poder correr" pensaba, "¿qué hago aquí en vez de estar en casa?", "soy un egoísta"...Mil pensamientos negativos se agolpaban en mi cabeciña hasta que al salir del aparcamiento subterráneo me encontré con la imagen que tanto nos gusta. 

Cientos de personas, de todas las edades, vestidos de colorines, trotando, saludándose, poniendo las típicas excusas ya antes de empezar ("solo vengo a trotar" " casi no entrené" " salgo de una lesión"...), el olor a reflex, el "¿tienes vaselina?", las apuestas, los vaciles de unos, los abrazos de otros...la cabeza cambió el chip, el trote de calentamiento hizo el resto, el corazón seguía acelerado, pero ahora por los nervios previos a la salida. 

PUM, sonó el acostumbrado disparo que, como siempre, "mató" mis nervios, vació mi cabeza de todo lo que no fuese disfrutar durante cuarenta y pocos minutos de pisotear el asfalto, adelantar conocidos y desconocidos, animar a los rápidos y a los lentos, reconocer viejos colegas, sudar, sudar y sudar, eliminar toxinas, agobios, relativizar lo malo...y llegar a la meta, más serio y lento que de costumbre, pero cruzar la meta.  El objetivo de esta carrera era eliminar agobios, aunque fuese por una hora escasa, y el objetivo se cumplió. Por la tarde en el hospital las noticias malas se convirtieron en esperanzadoras y al final todo parece que acabó bien, no viene a cuento detallar aquí el tema ni el protagonista, dejémoslo en que hay que conducir con sentidiño. Y quedémonos en el por qué corro. 

"Hoy no te ríes tanto", me repitieron un par de veces, y fue verdad,no estaba la cosa para carcajadas, pero de lo malo de ese día, como de todo lo negativo, saque algún buen propósito y alguna lección y aprendizaje, una de las conclusiones es que desde ahora, cuando me pregunten " ¿Y tú, por qué corres?", no voy ni a comerme el coco pensando la razón de esta locura ni a esforzarme en contarlo. 

Corro por momentos como el del domingo, por sonreír y conocer gente sana y buena, por superarme, por relativizar lo malo, por salud, y porque la vida tiene muchos momentos malos que hay que compensar con momentos buenos. Porque me gusta. Porque, aunque  no haya sido un día de risas, siempre hay un momento para estar así, un rato sin problemas:  


miércoles, 3 de octubre de 2012

Levántate y anda.

Hace poco, mientras esperaba que empezase una película en televisión, vi un trozo de un programa en el que se entrevistaba a un joven universitario americano que practica la lucha libre, nada, acaba de escalar el Kilimanjaro y además ha escrito un libro que se llama " sin excusas", se llama Kyle Maynard.  Hasta aquí todo normal ¿no?,  pues sí, pero hay un pequeño detalle que me llamó la atención en el rubiales yanki, Kyle casi no tiene piernas ni brazos, como lo leéis, ha nacido sin extemidades, "amputación congénita" le llaman a eso. 
Kyle explicó cómo la decisión de sus padres, cuando le tuvieron en brazos recién nacido, de enseñarle a valerse por sí mismo a pesar de sus limitaciones fue fundamental para que ahora sea un hombre feliz y afronte desafío tras desafío. He leído historias parecidas, de esas que hacen a uno avergonzarse de quejarse de determinadas cosas...

Espero conseguir en breve su libro,  de momento me quedo con su frase, "Sólo quiero enviar un mensaje a la gente; levántense y hagan algo. En lugar de quejarse de lo que nos pasó, es mejor darse cuenta de que hay una vida por vivir", dijo. Una maravilla, de esas que me encantan y no puedo resistirme a compartir.

La frase en cuestión me ha recordado una viñeta de Mafalda, y me he pasado una hora buscándola en internet para poder colgarla, en ella el inocentón Miguelito (bonito nombre) está sentado esperando "algo de la vida", y la reflexiva Mafalda piensa si no será esa actitud la que causa que las cosas vayan como van, Mafalda es intemporal...

Y hablando de levantarse, el domingo pasado 400 y pico personas nos levantamos prontito en Ferrol para participar en la II Carrera solidaria Décimas-Narón, que organizaba mi amigo Diego (entre otros) para recaudar fondos para la ONG Lena, que lleva proyectos en favor de la infancia desfavorecida. Se trataba de un 10.000 muy llano, yo creo que el 10.000 más rápido de Galicia...para los que iban rápido, claro, jeje. Yo, por mi parte hice la primera mitad muy bien, pero en el km 7 tuve un pinchazo en el gemelo derecho que arruinó mis últimos km, lo que me da igual, claro, se trataba de participar y disfrutar. Como el amigo Pedro, que suele llegar a meta de los primeros y esta vez llegó de penúltimo, compartiendo la primera carrera de su hermano y yo creo que disfrutó más que nunca.


Lo que no me dan igual es que aún hoy me duele la pierna y este domingo se celebra en Coruña una de las más afamadas pruebas populares de Galicia, La Coruña 10, carrera de la que ya hablé con motivo de mi participación en las dos ediciones anteriores. Mi plan, dado mi bajo estado de forma, es bajar de 44 minutos, no se yo....

Y para terminar por hoy, comentar mi inesperado estreno en una disciplina nueva, el acuatlón. Mis amigos triatletas de Pontedeume y Ferrol llevaban unos días insistiéndome en que les acompañase al I Acuatlón VIla de Cedeira (más que nada porque algunos iban en bicicleta y querían que les siguiese en coche, pero bueno) Como uno no sabe decir que no a nada, acabé apuntándome y allí estaba, apenas 18 horas antes de la carrera del domingo (vamos, que me merezco la mini lesión), nerviosísimo ante esos 2500 metros corriendo, mil y pico nadando y otros 2500 corriendo. Todo eran tíos mazas y chicas fibradas con pinta de campeonas, todo elmundo con su mono de triatlón, sus zapatillas con gomas en vez de cordones, gafas galácticas y con cara de saber de qué iba el asunto. Y yo con mi pantalón de correr, mis joma marathón y mis gafas rayadas de Decatlhon, temblando como un flan. Al final me dejaron un mono del Club Triatlón Ferrol y allá fui, convencido de que iba a quedar de último. 

El 2º por la izquierda, todos serios, claro.
Pero no, como decía Pedro Navajas, "la vida te da sorpresas" y así fue, los primeros 2500 metros de carrera los hice a toda pastilla, vamos, más rápido que cuando hago series, el segmento de natación me salió muy bien y no me adelantó nada más que una chica ex nadadora, y el último tramo de carrera (tras perder un par de minutos en hacer la lazada de los cordones, ante el regocijo del público) lo hice cómodo, con los pelos de punta por salir del agua y, como no, muerto de risa. 

Otra experiencia "a la saca" y otro vicio (sano) más, no  pienso perderme un acuatlón cercano. 

Ahora a cuidarme la pierna, a currar mucho y el domingo a disfrutar pisoteando la ciudad de la cascariilla. Mientras tanto, ¡todos a levantarnos y a hacer algo!, nada de esperar, como Miguelito, sino a buscar "ese algo" que queremos de la vida, que sí, que es bella.