DESAFÍOS...

"...sólo los que se atreven a llegar lejos, son capaces de llegar a saber lo lejos que pueden llegar..."
T.S. Elliot

lunes, 23 de abril de 2012

Farenheit 451 y el éxtasis del corredor griego

Hoy es 23 de abril, San Jorge, día dedicado al libro por la (ficticia) coincidencia del fallecimiento ese día de 1616 de los autores más universales en lengua inglesa y española, Shakespeare y el gran Miguel de Cervantes. Ya he escrito alguna vez que no soy muy partidario de los "días de..." pero bueno, en este caso, si gracias a esta "efeméride" se logra que se vendan más libros (y sobre todo que se lean)  bienvenido sea el día del libro

En el cafetito de máquina de esta mañana en el trabajo salió el tema y pasamos un rato la mar de agradable charlando de libros, adaptaciones al cine, citas de libros...Una compañera preguntaba cual era aquella película de los "hombres libro" y ya salté yo rápidamente a explicar que se trata de "Farenheit 451", basada en el libro del mismo título (me niego a escribir "homónimo", que parecería esto un documental y quedaría muy pedante) de Bradbury (solo conozco esta obra suya, pero con esta llega). El título, como es sabido, hace referencia a la temperatura a la que arde el papel. 

La verdad es que ese libro lo leí hace mil años y me gustó mucho, como muestra un botón, esta frase del autor: "Hay peores cosas que quemar libros: una de ellas es no leerlos". El asunto de quemar libros me recuerda a aquel pasaje del Quijote, cuando están quemando los libros que vuelven loco al pobre Alfonso Quijano y el bachiller Sansón Carrasco (creo) dice aquello de "no hay libro malo que no tenga algo bueno"

¡Menuda entrada cultureta que me ha salido hoy!, la fecha lo merecía y además sigo con el corazón desbocado por la "gesta" maratoniana del pasado domingo, aún no se me ha borrado la sonrisa de la cara y lo mejor de todo es que me siento muy bien y animado a entrenar. El trote ligero de ayer domingo me dejó unas sensaciones estupendas, once km en 52 minutos, por supuesto bajo la lluvia y con el consabido cachondeo en el banco de estirar "confiesa cabañés, entrenabas por las noches" y chorradas por el estilo. Ahora a estudiarse bien el calendario de carreras de por aquí cerquita, que viene un mes cargado de carreras: Carrera contra el Cancer en Coruña; 10.000 metros en el Burgo; Media Maratón La Coruña21; V Milla de la Armada Española en Ferrol y las que me olvide, todo ello entre mayo y junio, ¡que no me pase nada!....

Y acabo por hoy, con un toque literario y maratoniano. Resulta que Pierre de Coubertin, el fundador de los Juegos Olímpicos modernos, cuyo corazón está enterrado en el monte Olimpo en Grecia, se "inventó" la prueba olímpica del Maratón basándose en un poema del poeta Robert Browning titulado, como no podía ser menos, FILÍPIDES que dice así: 

"Entonces, cuando Persia fue polvo, todos gritaron: " ¡A la Acrópolis! ¡Corre Filípides, una carrera más! ¡tendrás tu recompensa! Atenas se ha salvado gracias a Pan. ¡Ve y grítalo". Arrojó él su escudo, corrió otra vez como una saeta y toda la extensión entre el campo de hinojo y Atenas de nuevo fue rastrojos, un campo que recorría una flecha, hasta que él anunció: "¡regocijaos, henos vencido!". Como vino que se filtra en arcilla, la felicidad que fluía por su sangre le hizo estallar el corazón: ¡el éxtasis!"

(Maraton significa hinojo en griego, nunca te acostarás sin saber una cosa mas)

Así queda patente, una vez más, que todo en esta vida puede tener relación con el deporte. Por cierto que  gracias a este poema queda resuelto,además, el misterio de la causa de la muerte de Filípides: ni cansancio ni heridas de guerra, murió, como bien dijo el bloguero maratoniano Alex, corredor converso, de felicidad, de éxtasis (yo lo entiendo, creedme). 

Un saludo a todos, a leer, a correr, a disfrutar la vida, que es bella y...a caminar, claro.



lunes, 16 de abril de 2012

Contra viento y marea, NENIKEKAMEN

Solo los que se atreven a llegar lejos son capaces de llegar a saber lo lejos que pueden llegar (T.S. Elliot).
La posibilidad de realizar un sueño es lo que hace que la vida sea interesante (Paulo Coelho).

Podría pasarme horas poniendo frases de este estilo, y aún así sería incapaz de expresar lo que sentí ayer, 15 de abril de 2012,  fecha que recordaré durante mucho, mucho tiempo. Ese día se celebró la primera maratón homologada de Galicia, en la ciudad de Coruña. Se trataba del campeonato gallego de maratón La Coruña 42, tres vueltas de 14 km por las calles de la ciudad. 
Ya he escrito en este blog que uno de mis propósitos era acabar una maratón este año 2012, que cumplí 40 tacos de calendario. Diversas lesiones, cambios de trabajo, problemas varios, vagancia y otras circunstancias hicieron que no preparase esta carrera, decidiendo dejar la intentona para otoño (cuando se celebra la maratón de Oporto o el del Miño, en Orense). Sin embargo, el compañero de correrías Chedo me convenció de que le acompañase unos kilómetros, así que decidí acudir a la cita con la idea de ir pegado a él la mitad del recorrido o, como mucho y si los astros se alineaban, dos de las tres vueltas de que constaba el circuito.

¡Qué mala noche pasé el sábado! me desperté cada hora, daba vueltas en la cama, me dolía el estómago...un desastre, vamos. Para más INRI, hacía un frío que pelaba, osea que la cosa no pintaba muy bien. 
Después del verano anticipado que disfrutamos en marzo, ocurrió lo que todos temíamos, que llegó el invierno atrasado, de golpe y con más furia que nunca. Toda la semana hizo mal tiempo así que esperábamos lluvia, pero lo que vi al abrir la persiana del domingo (día M de maratón) superó los peores presagios. Un viento terrible, unos chubascos fortísimos y un frío de mil pares de narices estaban decididos a amargar la carrera de los más de 1200 corredores inscritos para participar. A mi me daba igual, al fin y al cabo no iba a acabar la carrera y no había entrenado, pero pensé en la mala pata de quienes llevaban meses con esta carrera en la cabeza.

Ya por la carretera vi a muchos locos como yo, de esos que madrugan más un domingo que entre semana solo para sufrir como condenados dándole caña al cuerpo serrano bajo la lluvia en vez de estar en la cama hasta media mañana. Al llegar a la zona de salida, cientos de personas con camisetas de colores calentaban y estiraban con las posturas mas variopintas. Saludo va, saludo viene, abrazos por  aquí, bromas por allá...y ¡PUM! disparo de salida. Allá vamos, a correr unas horitas. ¡Qué frío hacía!

Los primeros km transcurrieron tranquilos, dándome tiempo a charlar y bromear con los conocidos y no conocidos que corríamos. Al llegar al paseo marítimo,girando en dirección a la Torre de Hércules, el fuerte viento en contra me asustó un poco, "yo no soy capaz de aguantar esto ni una hora y media" pensaba. Pero seguí con Chedo, aprovechando que el ritmo era llevadero. El recorrido tenía su punto, ya que te cruzabas muchas veces con el resto de los corredores y así me pasaba el tiempo animando y slaudando a los que pasaban a mi lado. Los doniñeros en pleno (casi) corrían como almas que llevaba el diablo, la rubia María (que fue la primera mujer en cruzar la meta) destacaba con su coleta al viento,  muchos foreros de la página de atletismo "correrengalicia.org" nos reconocíamos y dábamos palmadas...una maravilla, como en todas las carreras. Alguien dijo que lo mejor de este deporte es que los adversarios suelen ser grandes amigos, y la verdad es que cada vez estoy más de acuerdo.


En el Aquarium Finisterrae (Casa de los Peces) dimos la vuelta para recorrer en sentido contrario el  paseo marítimo, hasta llegar cerca de la Torre Millenium, el simpático Eolo de las narices se desahogó de lo lindo,  no se podía ni avanzar, yo no dejaba de mirar a mi compañero a ver si él flaqueaba, pero nada, el tío tan tranquilo. Cuando giramos en una rotonda y pensé que así el viento vendría de espaldas, empezó a granizar a lo bestia, no había manera... "¿en qué berenjenal me he metido?, menudo ridículo voy a hacer..." esos pensamientos limitadores me venían una y otra vez a la cabeza hasta que decidí intentar llevar a la práctica esa teoría de que tú controlas tus pensamientos, así que los desterré y me concentré en disfrutar de lo que me gusta, correr y estar rodeado de gente. 

(Contra viento y marea )
Funcionó la idea, funcionó. Me autoconvencí de que era capaz, me acostumbré al ritmo y al sufrimiento y cuando quise darme cuenta ya estábamos empezando al segunda vuelta, en Puerta Real, allí estaba Diego Décimas y otros compañeros de Doniños y Ferrol animando como si fuésemos campeones ¡qué gozada!. Y un poco después, tras luchar otra vez contra viento y marea (literalmente lo del viento y figuradamente lo de la marea) llegamos al punto fatídico. Cerca del Estadio de Riazor estaba marcado el punto de media maratón. Piso la alfombrilla justo antes que mi acompañanate y al tener buenas sensaciones decido continuar hasta el final de la segunda vuelta,la friolera de 7 km más. A estas alturas ya habíamos creado un grupito de 4 corredores que llevábamos muchos km juntos charlando de vez en cuando. Los dos desconocidos no daban crédito a la cantidad de saludos, gritos de ánimo, bromas y demás coñas que yo protagonizaba. Tampoco se creían, cuando pasamos el km 23 que nunca había pasado de esa distancia.

(El grupillo en cuestión)
Más de dos horas y media llevábamos corriendo cuando pasamos por segunda vez por la Puerta Real. Ahí estaban otra vez Diego y compañía, haciéndonos la ola, animando a grito pelado y yo totalmente feliz. Los dos espontáneos del grupo se morían de risa "¡tienes club de fans tío!, ¡tú hoy acabas tu primera maratón! " y yo, ya pensaba que podía ser verdad, "se acabó el hacer vida social, dije entre risas, no puedo ni respirar así que ¡a correr!" Me sentía genial, el cansancio tremendo pero fructífero, el ritmo metido en las piernas y el corazón, la sonrisa no me cabía en la cara y la lluvia, viento, sed o hambre me daban igual. "Sigue, cabañés" pensaba, "acompaña a estos por lo menos hasta el km 30, que para tí ya es como un maratón".

Al llegar al km 30 dije, venga, hasta el 32, luego al 35, 37....los conocidos que nos cruzábamos en vueltas y rotondas no daban crédito "pero ¿qué hace ahí Miguel, que nunca entrena en serio?" y me animaban creyéndose que iba fresquísimo. ¡Las narices fresco! lo que iba es emocionado y alucinado de lo que estaba haciendo. 

En el km 39 estaba nerviosísimo ¡ya estaba claro, sabía que iba a hacer mi primer maratón! ¡a los 40 años, como pretendía y encima en la primera edición de un maratón que va a ser un clásico!. Y venga a posar para las fotos, a saludar, a comer plátanos y manzanas en los avituallamientos...en ese km fue cuando el grupo se disgregó, Chedo por alante, otro encontró a una amiga y también fue por su cuenta, el otro se retrasó y yo aminoré un poco el ritmo, temeroso de golpearme con el famoso muro del maratón.
Pero no señores, no, tú eres tu único muro, he dicho mil veces, así que de tí depende saltarlo. Pues ni siquiera hizo falta saltarlo, simplemente no había muro, había gente animando, aplaudiendo, haciendo la ola, cantando...fue como si me llevasen en volandas, no había ni rastro de cansancio, el último medio kilómetro parecía como si fuese el primero ¿dónde estaban los anteriores 41? Cuando llegué otra vez a Puerta Real no pude menos que dar un abrazo a Diego/ Décimas gitando "¡mucho camino por andar, soy maratoniano!", a cada conocido que me cruzaba (muchos de ellos ya largándose a casa tras acabar la carrera) les repetía "¡que lo acabo, que lo acabo!" y se morían de risa. Parecerá una chorrada pero me costó contener las lágrimas. Me acordé de mis colegas de entreno en Cabañas, como Ton, Ian, Jorge y Moncho (mi entrenador putativo, que aún no se cree que haya hecho esta carrera) entre otros, ninguno estaba presente pero me acordé de ellos, por supuesto.

Sólo quedaba el paseíllo triunfal, un pasillo de aplausos hasta el centro de la Plaza de María Pita.  95 metros de placer y payasadas hasta pasar bajo el arco de meta, con los brazos en alto, como si hubiera ganado a alguien (y lo hice, me gané a mi mismo y a mi mente) dedicándole esta carrera, como siempre,a mis padres. Al cruzar la meta me colgaron una medalla (la única que guardaré siempre) me dieron bebida, abrazos, risas y reconocimiento. Soy maratoniano, un tiempo patético pero soy maratoniano. 3 horas y 51 minutos de auténtica felicidad, otra vez. Hoy tengo que bajar las escaleras al revés por las agujetas en los muslos, las uñas de los pies son negras, no he parado de comer y beber desde ayer, he tenido que hacerle un agujero extra al cinturón....¡pero soy un tío feliz!.

Victorioso, Nenikakemen, que diría Filípides
¡Qué satisfacción!. Después de unos meses de lesiones, malos resultados y percances en las carreras (un quiste, gastroenteritis...) ocurrió el milagro, sin entrenar, voy a acompañar unos km a un amigo y acabo siendo maratoniano y encima tengo un trabajo chulo. Hoy puedo constatar las teorías famosas: que sí, hombre que sí, si quieres puedes, somos capaces de mucho más de lo que creemos, la actitud es fundamental. Sigo siendo un paquete, lento como una tortuga y vago para entrenar, pero estoy orgulloso de haber acabado ayer la carrera, nada satisface más que lograr un objetivo luchando como ayer, contra viento y marea.  Terminar (como todos los valientes que lo intentan) una maratón o algo similar, es un hito modesto, pero un hito, ha  costado, como decía Churchill,  no sangre, pero sí sudor (mucho) y lágrimas (de emoción).

A partir de aquí queda, ¿cómo no? mucho camino por andar. A ver qué es lo siguiente...

lunes, 9 de abril de 2012

Nuevo camino y una autopsia para Filípides.

Mañana empiezo a andar un nuevo camino, dos meses después un nuevo trabajo me espera, en La Coruña. Ya tengo mi despachito (que ya ocupé hace años), el traje y la corbata preparados, el sandwich de media mañana...y lo que es mas importante ¡muchísimas ganas de empezar algo nuevo!.  Estoy tan nervioso como un niño el primer día de colegio, es más, tengo la misma sensación de nervios que antes de las carreras, menos mal que no tengo que ponerme un dorsal,¡ porque seguro que me pinchaba con el imperdible!.

Hablando de carreras, el próximo domingo 15 de abril más de 1200 corredores tomarán la salida para recorrer la mítica distancia de Filípides, ya que se celebra la primera edicion del Maratón de La Coruña, "A Coruña 42". En esta ciudad ya tenemos varias carreras emblemáticas con su correspondiente numeración (aparte de mi preferida, claro, la San Silvestre que organiza el Club Rialto): La Coruña10, La Coruña21 (medio Maratón) y ahora, por fin, La Coruña42, campeonato de Galicia de Maratón. La verdad es que la geografía de la ciudad de la cascarilla se presta a organizar carreras, es llana, rodeada de mar, con un paseo marítimo larguísimo, avenidas amplias...Supongo que en breve crearán La Coruña 5000 y La Milla Coruñesa, desde aquí lanzo el "globo sonda". 

En relación con nuestro patrón pagano Filípides, el pobre  correo  ("hemerodromo" les llamaban) que murió tras recorrer los 42 km que separan  la ciudad de Maratón de Atenas para anunciar eso, que "nenikakemen", vamos, que los griegos habían vencido a los Persas,el otro día discutía (amigablemente) con un amigo corredor la causa de la muerte del susodicho, por poco no llamamos a un forense. Él decía que había muerto por el cansancio tras correr los 42 km en cuestión, y yo que no, que fue por las heridas de la batalla, ya que como buen correo humano, había corrido muchísimas veces la distancia entre Esparta y Atenas (unos 160 km) para llevar mensajes, que para algo le pagaban. Encima, un tercer corredor afirmaba que la leyenda era totalmente falsa, que en realidad fue el propio ejército griego en masa, que tras echar a los Persas en Maratón se desplazó a Atenas para evitar un ataque sorpresa de los derrotados.
Como "cada maestrillo tiene su librillo" los tres encontramos referencias que confirmaban nuestra respectiva versión, así que nos quedamos como estábamos pero mucho más entretenidos. Si un no aficionado a esta locura de sufrir una hora al día sudando nos hubiese escuchado habría dicho, parafraseando al galo Obelix que sí, que "están locos, estos corredores". 

Y tan locos....sobre todo algunos. De los 1200 inscritos para el maratón coruñés, muchos de ellos ya han acabado algún que otro maratón, otros muchos debutan en la mítica distancia y llevan meses preparándose y otros pocos, los mas locos, entre los que,cómo no, he acabado yo sin saber cómo, vamos sin entrenar, simplemente para acompañar en algunos km a los amigos que sí pretenden acabar la carrera. Osea que el próximo domingo, iré a mi primer maratón...a recorrer la mitad, jeje. espero no molestar a ninguno de los participantes de verdad, pero estoy seguro de que disfrutaré del ambiente y ¿quién sabe? igual me pica el gusanillo y preparo de verdad esta distancia, que este año toca...

Como última curiosidad, antes de tomarme una tila alpina e irme a la cama, según google maps, la distancia entre la puerta de mi casa y mi despacho es, casi casi, la que existe entre Maratón y Atenas....¿sera el destino o será que me estoy obsesionando?.



domingo, 1 de abril de 2012

..algo muy tuyo se quema.

El incendio ayer noche

"Cuando un monte se quema, algo muy tuyo se quema". Así, o algo parecido, rezaba una campaña publicitaria anti incendios hace muchísimos años. Nunca he simpatizado con los autodenominados "ecologistas", mi amigo Javier y yo siempre decimos que nosotros no somos ecologistas, sino ecológicos, porque nos importa la naturaleza. 

El humo nubló el sol, hacía un día de verano, lo que se ve es un hidroavión.

Se están quemando las Fragas del Eume, aquí cerca de Cabañas. Mi paraíso cercano. Es horrible. El bosque atlántico mejor conservado de Europa, un auténtico bosque encantado, con una biodiversidad impresionante, una flora y fauna sin igual en el continente. Mil veces he visto corzos, jabalíes, todo tipo de aves, raposos, lirones o nutrias, aparte de unos árboles preciosos, helechos por lo visto prehistóricos...de todo. Por todo eso es horrible el incendio que empezó ayer y aún no se ha extinguido. 

Quien haya leído algo de este blog sabrá que siempre digo que uno es de donde pasó los veranos de su infancia, que me llamo el hombre nostálgico, que me siento un "goonie" y mis películas favoritas son las de "pandillas de niños en sus veranos"...Pues las Fragas ("El río" como llamamos nosotros a todo el conjunto de río, bosque y por supuesto el Monasterio de Caaveiro) son parte de mi infancia, de mi juventud y de mi presente. Es parte de mi vida.

Suena egoísta, tengo la suerte de que mi casa y medio de vida (creo) no se ve afectada, espero que no haya víctimas y que el daño sea solo ecológico (ojalá no lo fuese, pero es inevitable) y no haya daños materiales graves para nadie, y mas en estos tiempos de crisis. Suena egoísta, ya sé que todos los años hay miles de incendios, que este año de sequía se veía venir, que....si, que suena egoísta sentirlo por lo que me afecta personalmente, lo sé, pero no puedo evitarlo. 

Todas las semanas voy al río, a correr o en bici, en verano subimos en piragua, es (era) un paraíso. Siempre se dice que nunca se valora lo que se tiene hasta que se pierde, en este caso no es verdad, siempre he dado gracias y me he sentido un privilegiado por poder disfrutar de mis paraísos cercanos.  

Es más sangrante aún saber que el incendio fue intencionado (¿cómo se puede ser tan malo,con lo bella que puede ser la vida?).

Me dice la gente que suelo estar feliz aunque me pasen cosas malas, lo intento, desde luego, esta semana he tenido buenas noticias, pero hoy no me siento con demasiadas ganas de escribir consignas optimistas, hoy suscribo totalmente el título de la entrada: Cuando un monte se quema, algo muy tuyo se quema.  


Es un día triste, sí, todos hemos vivido días aún mas tristes (la muerte de un ser querido no tiene parangón), pero en estos días tristes es cuando hay que sacar fuerzas de flaqueza, sacudirse la ceniza, ponerse de pie  y volver al ruedo.  Es en momentos así cuando más fuerte hay que sentir que sí, que queda mucho camino por andar

P.D.- De carreras hablaré otro día.