Dice un proverbio ruso que añorar el pasado es correr tras el viento, o sea, algo inútil. Mil veces me han llamado el hombre nostálgico, soy el que siempre se acuerda de las anécdotas, de quién estaba tal día en tal circunstancia, el que siempre repite (aparte de mi consabido "la vida es bella") "esta canción me recuerda a...", soy a quien recurren cuando buscan fotos de hace años....
La reflexión anterior viene a cuento de varias coincidencias. Por un lado, los cuarentones de Ferrol nos vamos a reunir a finales de junio en una discoteca mítica de los años 80 (MICRO) y en facebook se están colgando fotos de aquellos tiempos, es alucinante ver lo que se ha cambiado y lo que nos poníamos por aquel entonces.....
Por otro, hace un par de semanas le hicimos una fiesta sorpresa a un amigo que cruzaba el umbral de los 40 años y, entre la típica presentación con fotos de sus 40 años y los invitados entre los que había alguno que hace mucho que no veía, algo de nostalgia tuvimos todos. Recordando viejos (viejísimos, más bien) tiempos, nos echamos unas buenas risas y, aunque nadie lo dijo, muchos pensamos qué diferente ha sido nuestra vida con respecto a como nos la imaginábamos hace 25 años o mas.
Y por ultimo, en un reportaje de La Voz de Galicia se hablaba de la última tendencia en cuestión de moda y forma de vida que es....lo retro, lo vintage o como se quiera llamar a seguir la estética de los años 70 u 80. Uno de los protagonistas del reportaje era mi amigo Tomás, de Ferrol, que incluso ha abierto una tienda on line llamada "el desván antiguo de mi abuela" para vender curiosidades "añejas".

Hablando de correr tras el viento y de añoranzas...lo que sí añoro ahora mismo es mi estado de forma de hace un año o así. Estoy lento y pesado corriendo, entre los más de dos meses de parón, unos kilitos de más, la debilidad que aún siento en el tobillo y el mucho trabajo (gracias a Dios), sumado al mal tiempo que "disfrutamos", no hay quien entrene medianamente bien.

Fue una maravilla ver a tanta gente involucrada en una buena causa y allí mismo charlé con un compañero de correrías, esos que sólo conoces de las carreras, Álvaro, que hizo una marca estupenda y comentaba que hace dos años, en la primera edición, participó en la "andaina" bajo los efectos de la quimioterapia por un tumor. Varios de los organizadores y afectados afirman que gracias a este tipo de actos muchos como él lo superan, así da gusto sudar, la verdad.


“Hacedme caso: recordad este momento. Guardad los olores, la sensación
del sol que quema y el agua que os salpica en la espalda, los amigos…
Todo esto cambiará. Pasarán los años, las tardes serán mas cortas y cada
vez os costará más encontrar momentos mágicos. No tengáis prisa en
haceros mayores. Hacedme caso...”
¡Cómo me gusta! ¿Algún lector no ha recordado las tardes de los veranos de su infancia al leer esto? Yo sí al escribirlo, y me da igual que digan que corro tras el viento....