DESAFÍOS...

"...sólo los que se atreven a llegar lejos, son capaces de llegar a saber lo lejos que pueden llegar..."
T.S. Elliot

martes, 25 de octubre de 2011

Pons veteris - Duo Pontes

Cuenta la leyenda (una de tantas) que un tal Teucro,  el hermano del fuerte Ayax, primo de Aquiles y como él héroe de la guerra de Troya, se enamoró de una sirena  (la verdad es que a quién se le ocurre) y la siguió hasta la desembocadura del río Lérez,  allá, cerca del Finis Terrae famoso, pero un poquito más al sur, donde fundó una aldea. A este puebliño llegaron los romanos y, como no paraban, lo convirtieron en una destacada ciudad a la que llamaron DUO PONTE, por los dos puentes que cruzaban los ríos Lérez y  Tomeza. Con el tiempo, uno de esos antiguos puentes romanos bautizó definitivamente la ciudad, PONS VETERIS (puente viejo) de donde derivó el actual topónimo, PONTEVEDRA.

Todo esta parrafada cultureta un poco pedante viene a cuento de que el domingo participé en el Medio maratón Servicocio 2011 ciudad de Pontevedra. 21.097 metros "á beira do Lérez", cruzando varias veces el puente (no el viejo, el moderno),  pisoteando los adoquines del casco viejo pegadito a los soportales repletos de público, sudando la gota gorda a pesar de no parar de llover ni un minuto, pisando charcos en los que me hundía hasta el tobillo, no pudiendo avanzar a veces por el fuerte viento...una gozada, en resumen.  Al final va a ser verdad que los populares somos "esos locos que corren", que disfrutamos pisando charcos, pasando frío, echando mocos y agotándonos mientras otros están en la camita leyendo el periódico un domingo por la mañana o curándose la resaca del sábado por la noche.

Más loco aún soy yo, que fui a la carrera sin prepararla (y una media maratón no es un paseo) y despues de tres domingos seguidos participando en diez miles...El caso es que allá fui, con el compañero Fon (que sí la había preparado), los veteranos del Castro de Lobadiz de Doniños (¡vaya máquinas!), y otros mil locos que corren.


Llevamos casi mes y medio de tiempo veraniego en pleno otoño y tenía que ser justo esa mañana cuando Galicia se decidió a ser Galicia. Fue aparcar y empezar el diluvio universal, un viento de mil demonios y un frío de mil pares de...bufandas. En fin, "from lost to the river", de perdidos al río, al Lérez en este caso. A correr tocaban, a seguir al actual monopolizador de podios en las populares de galicia, HASSAN LEKHILI, marroquí afincado en Orense. Como mi estado de forma sigue sin ser el adecuado y no tengo orden en los entrenamientos (vamos, que hago lo que me apetece) fui con la única pretensión de hacer los 21 km para sumar rodaje de cara a la Vuelta a la Ría de Ferrol del próximo 18 de diciembre. 

A pesar de lo anterior, en la salida tres doniñeros me convencieron de que intentase seguirles, a un ritmo aceptable, 4:30 el km, que no está nada mal para tanta distancia. Lo intenté, lo prometo, pero en el km 11 se nos escaparon dos, se ve que se sentían fuertes e incrementaron el ritmo. El veterano Alberto "presi" se quedó un poco atrás un par de km y luego me alcanzó y me animó a seguirle otros dos. Pero en el último avituallamiento me entró una pequeña pájara y dolor de pies por las ampollas que me produjeron los charcos y la lluvia. No podía con mi alma, hasta las pequeñas rampas de los pasos de peatones me parecían el Alpe D´Huez ese, incluso pensé en retirarme, corrí un par de kilómetros a ritmo de trote hasta que me animé de nuevo a partir del km 17, creo que por los aplausos de un fantástico público que atestaba las calles del centro de Pontevedra para animarnos, bajo la lluvia, ¡qué mérito tienen!. 

El caso es que los tres úlltimos km fueron una gozada y la llegada a meta, situada al final de una pista de atletismo, una maravilla. Eso por no hablar de la agradable sorpresa en forma de grifo para servirnos Estrella Galicia gratuita que nos deparó la perfecta organización de esta carrera. Al final hice la misma marca que en la pasada Vig Bay, unos 4 minutos más que en mi primera media, aquella divina comedia del Memorial Adolfo Ros, pero me quedé muy satisfecho. Estoy recuperando y disfrutando. 


Ahora a seguir adelante, a trabajar mucho, a solucionar problemillas y este domingo a correr unos 13 kilómetros muy duros en plena meta del Camino de Santiago en la XXXIV edición de la Carrera Pedestre de Santiago en la que después de pelear con la terrible "cuesta de Vite" acabaremos derrengados en mitad del Obradoiro. Otra maravilla....

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