DESAFÍOS...

"...sólo los que se atreven a llegar lejos, son capaces de llegar a saber lo lejos que pueden llegar..."
T.S. Elliot

viernes, 29 de octubre de 2010

CENDAL FLOTANTE DE LEVE BRUMA..

 Rizada cinta de blanca espuma…(G.A.Becquer)



Bueno, hoy sí que ha estado bien el correteo.  Uno de nuestros compañeros de sudores nos abandona durante unas semanas (y un poco después durante unos meses) así que como despedida ¿qué mejor que correr una horita con él?.
Dicho y hecho, esta tarde (que no tocaba correr, tras las series del miércoles) me desplacé a Ferroliño con la intención de realizar un trotecillo de charla agradable en plan despedida. Ingenuo de mí... ¡las narices trotecillo agradable! ¡tela marinera la hora de carrera!.  Cuestas, piedras, charcos, barro, sudores, perros mirando mis huesecillos con cara de “gourmets”, velocidad de crucero…un poema,  vamos.  El caso es que lo pasamos muy bien, él  disfrutó dándonos caña (es un campeón, más rápido que el correcaminos) y yo comprobé que estoy en una forma aceptable.   Nuestro amigo se embarca y seguro que dará mil vueltas corriendo a la cubierta del guerrero buque para conservar su buena forma. Que tengas una muy buena singladura BRUMA (Manolo).
Después de correr llegué a casa feliz. Algo tiene este deporte. Hay quien cree que corro para competir, pero es solo una afición, me gusta correr, es sólo eso. Muchos somos los corredores aficionados que empezamos corriendo por mantener la forma, hacer ejercicio o desahogarnos y poco a poco nos “enganchamos” hasta modificar notablemente nuestros hábitos y, en cierta forma, abrir horizontes. Ya comenté que corriendo se conoce gente que de otra manera no iba a formar parte de tu círculo.  Eso, por supuesto, pasa en casi todas las prácticas deportivas (los surfistas son un buen ejemplo de estilo de vida relacionado con su afición, en cuanto a gustos musicales, moda, jerga etc.…) pero algo debe tener el mundo de los corredores populares  para que todos estemos de acuerdo en  ese “enganche”. 


Hablando de esta afición, ya comenté en una entrada anterior que acabo de leer el libro del novelista japonés Haruki Murakami “DE QUÉ HABLO CUANDO HABLO DE CORRER”. Parece ser que se ha convertido en un libro mítico, de lectura casi obligatoria para los aficionados a este deporte. Muchos hablan de esta novela como algo imprescindible, yo no diría tanto. La verdad es que es entretenido, a mi humilde entender bien escrito, y tiene frases y fragmentos “jugosos”, pero tampoco me ha parecido una obra cumbre ni mucho menos. Es mi humilde opinión, repito, como siempre me pasa cuando me recomiendan algo  muy vivamente (una película, un libro…) me creo unas expectativas tan altas que no puedo evitar terminar con una sensación de “pues no era para tanto”.

Lo anterior no quiere decir que la obra no me haya gustado. El libro en sí me sorprendió, me esperaba o bien una novela relacionada con este deporte o un simple diario de entrenamientos, como el que encontramos en tantísimos blogs de corredores. En realidad es una especie de ensayo en el que el autor habla tanto de su afición a correr maratones, como de su profesión de escritor y de su propia vida. Es en parte un libro de memorias, repleto de reflexiones, sentimientos y sufrimientos que muchos de nosotros entendemos al haber experimentado algo, al menos remotamente parecido.

Ya transcribí un párrafo en el que habla de la necesidad de ver el mar o algo que se le parezca casi a diario, necesidad que comparto.  Murakami incluye en su ensayo  muchas otras reflexiones con las que me identifico, y alguna con la que no, como por ejemplo cuando insiste en no caminar en las carreras. Si bien es cierto que una carrera es para correr (perogrullada de las buenas) yo creo que caminar un rato cuando estás agotado si has dado todo lo que tienes, no es una derrota, que es como él lo ve, incluso propone hacer constar en su epitafio que aguantó hasta el final sin caminar, para mí lo importante es intentarlo. De todas formas hay muchas más coincidencias que discrepancias, y como muestra, un par de botones:

“Lo único que puedo afirmar con bastante seguridad es que voy a seguir corriendo ..con todo mi empeño, sin desfallecer . Me digan lo que me digan, está en mi naturaleza. Como en la del escorpión picar o en la de las cigarras agarrarse a los árboles. Como en la del salmón retornar al río en el que nació o en la de las parejas de patos buscarse mutuamente. Aunque no se oiga por ninguna parte el tema de Rocky, ..aunque tampoco veo atardecer alguno hacia el que dirigirme. ..” Me encanta, me identifico del todo, estoy en plena progresión, ya que ésta se nota sobre todo en los primeros meses de entrenamiento y dispongo de tiempo para correr (lo único bueno del paro) pero sé que cuando vea que no avanzo más, me va a dar igual, me gusta correr.

Este convencimiento se enlaza con este otro fragmento del libro: Habla de lo que piensa al regreso de un triatlón:

"Había terminado nuestra modesta carrera( …) volvíamos a nuestras casas y a nuestras rutinas. Y, cada uno en su ciudad, nos entrenaríamos en silencio como hasta ahora (supongo) para preparar la siguiente carrera. Aunque este tipo de vida, vista desde fuera , pueda parecer efímera, inútil y sin mucho sentido, o sumamente ineficaz, (…) Y aunque realmente no se trate sino de un acto vano, como verter agua en una vieja olla agujereada, al menos siempre quedará el hecho de haber realizado el esfuerzo. Tendrá su utilidad o no, será o no atractiva a los ojos de los demás, pero, en definitiva, lo más importante para nosotros es, en la mayoría de los casos, algo que no puede verse con los ojos (aunque sí sentirse con el corazón). Y, a menudo, las cosas verdaderamente valiosas son aquellas que sólo se consiguen mediante tareas y actividades de escasa utilidad. Tal vez sean tareas y actividades vanas, pero jamás estúpidas.( …) ya que hasta ahora he venido realizándolas con perseverancia y sin hastiarme, pienso intentar seguir realizándolas mientras pueda"


TOMA YA. Eso sí que lo firmo yo aunque me demanden por apropiación indebida. Lo suscribo al 100%,  ya tengo cómo responder a quien me pregunta por qué corro sino tengo prisa o alguna gracia parecida.

También dice el amigo Haruki que las carreras de larga distancia han ido educando y formando (en mayor o menor medida, para bien o para mal) a esta persona que  es él ahora. Es una buena metáfora, todos somos el resultado de la “carrera” (o el camino, como a mí me gusta insistir) que recorremos.

Dejo de copiar citas que sino esta entrada es inacabable, como último apunte, un par de  frases de “de qué hablo cuando hablo de correr” que van a quedar como lemas de los corredores (algo así como el “imposible is nothing” de Adidas, o el “just do it” de nike):  “CONTINUAR ES NO ROMPER EL RITMO” y, sobre todo, el mantra que muchos repetirán al correr:  “ EL DOLOR ES INEVITABLE,  EL SUFRIMIENTO ES OPCIONAL”  sí señor, estoy de acuerdo con el nipón, el dolor en las carreras (y en la vida, por desgracia) siempre va a estar presente, la dureza es inevitable, pero el “no puedo más”  que a veces dan ganas de exclamar ya depende de cada uno, vamos, que hay que aguantar, osea que…¿lo digo? Sí, queda mucho camino por andar (o correr) aunque duela.

Ahí queda eso, una despedida a Manolo (alias Bruma), una recomendación literaria y una frase para reflexionar. No está mal, ¿no?. Y las agujetas que voy a tener mañana...

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