El pasado sábado se celebró la tradicional carrera popular de San Juan de Piñeiro, en el ayuntamiento coruñés de Mugardos. Se trataba nada más y nada menos que de la edición número XXIX de esta carrera, impresionante, sobre todo si se tiene en cuenta que la organiza una sociedad recreativa del municipio, sin apenas medios ni apoyo de ninguna clase.
Pues aún así, es una de las carreras preferidas por los corredores de Galicia. Se trata de unos 11 kilómetros bastante duros, la primera mitad alternando subidas y bajadas rompepiernas, 4 o 5 kilómetros de horripilante cuesta arriba al final, para acabar en unos 200 metros cuesta abajo hasta la meta que permiten llegar a toda velocidad (a quien haya resistido lo anterior) y quedar con buen sabor de boca...
...buen sabor de boca que se prolonga con los fantásticos pinchos conque la citada asociación recreativa de San Juan de Piñeiro obsequia a los esforzados participantes y a sus acompañantes. ¡Qué tortilla de patatas más rica!, ¡qué empanada y qué jamón! madre mía, se me hace la boca agua solo recordarlo.... casi tan rico todo como el famoso pulpo de Mugardos, ya sea a la mugardesa o el típico pulpo"a feira" con sus cachelos, pimentón, aceite de oliva y sal, ummmhhhh, ¡qué rico!
(salida de la carrera, alea jacta est)
Llegué a esta carrera algo nervioso, tiene fama de dura, aún soy casi novato en estas lides y no quería hacer el ridículo ni abandonar. Pues bien, salí acompañado de todo el equipo de "fenicios cabañeses" y "doniñeros" de "correr en Galicia" a los que ya aludí en publicaciones anteriores. todos ellos son, como ya dije, experimentados corredores. Me encantó correr con ellos aunque, claro, al primer kilómetro ya estaba cada unos corriendo a su ritmo.
Estoy contento de como respondí al recorrido, aparte de la belleza del mismo (Caamouco, Limodre, Maniños, El Seijo...unas vistas maravillosas a las rías de Ferrol y Ares...). Ya he hablado muchas veces de la falsa soledad del corredor de fondo, el sábado volví a confirmar esta falsedad, al llegar a la última cuesta, cuando faltaba poco más de un kilómetro y a pesar de haber mantenido un ritmo bastante bueno en toda la carrera, estuve a punto de pararme y abandonar. El único pensamiento que tenía en la cabeza era "NO PUEDO MÁS". De hecho, estaba deteniéndome cuando el corredor que me acompañaba desde hacía bastante rato me dio una palmada en la espalda y me dijo unas pocas palabras de ánimo (algo así como "venga hombre, que ya es la última cuesta y lo estás haciendo bien, ánimo") que me empujaron más que un motor y me dieron más "alas" que un red bull inyectado en vena. Así que saqué fuerzas de flaqueza y allá fui, corre que te corre hasta la meta, a la que llegué más contento que si hubiese aprobado una oposición.
(Lo contento que llegué)
Me gusta correr (y comer, claro) y me gusta escribir sobre lo que corro y mezclar las sensaciones de las carreras y entrenamientos con otros aspectos de la vida. Supongo que a veces parecerá forzado, pero no lo es, se lo aseguro a quien esto lea. Es curioso que cuando todo parece ir fatal, siempre pasa algo que relativiza los pesares. Unas horas antes de la carrera me habían dado una mala noticia laboral ( y van unas cuantas...a veces me parece que no sirvo para nada), pues el hecho de acabar contento la carrera, y sobre todo el simple detalle de que alguien desconocido me diese una palmadita y me animase, ha hecho que me decida otra vez a "tirar para adelante". Si quien no te conoce te ayuda, quien te quiere te hará volar, solo hay que tener actitud positiva. No me canso de escribir siempre lo mismo, porque creo que así me autoconvenzo de que es verdad.
Encima el ínclito Javier Gómez Noya nos da una grandísima alegría y gana (por segunda vez) el mundial de triatlón. Es el mejor, ¡y es de Ferrol! la vida es bella a pesar de todo.
Así que a seguir caminando ( y nadando, corriendo, pedaleando, remando y buscando oportunidades) siempre hay salida en cualquier callejón, apoyo en cualquier cuesta y oportunidades donde parece no haberlas. A ser buenos y aprovechar lo bueno que nos rodea.
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