¡A levantarse!

Bueno, pues el cabañés a vuelto a Cabañas. 

Una experiencia más al bagaje vital. Otra muesca en la pistola. A estrujarme las meninges para sacar alguna lección positiva. 

La operación salió bien, fractura del capitellum humeral izquierdo, osea, el codo. Debo ser la única persona lo suficientemente burra como para romperse el codo...¡corriendo!. Dos tornillazos, me han metido ahí. En cuanto se me pasó la anestesia (general, ¿para qué medias tintas?) el dolor fue horripilante, las 24 horas siguientes fueron un suplicio a pesar de los calmantes y cuando me quitaron la escayola y me vi el brazo deformado, además de sentirlo como muerto, se me cayó el mundo encima. Menos mal que tras una noche de descanso (inducido por los calmantes, todo hay que decirlo) y una clara explicación del cirujano ya vi las cosas de otra manera, el brazo ya tiene aspecto normal, me recuperaré en pocas semanas y esto lo recordaré como una anécdota (espero).

No estoy muy satisfecho con mi reacción tanto cuando me rompí el brazo (me quedé impactado, mi compañero de trabajo y entrenamiento se ocupó de casi todo) como cuando me vi el brazo medio amorfo por la inflamación y la escayola recién sacada, y creí que no iba a poder hacer más deporte ni trabajar en mucho tiempo.  Es de coña lo mío,  mucho optimismo y "qué bello es vivir" y a la primera de cambio casi me hundo, muy mal Miguel, hay que mejorar eso. 

En fin, como dijo el sabio (¿fue Nietzsche?), "lo que no nos mata nos fortalece", así que me quedo con lo bueno de esto: Pudo ser peor (una pierna, el brazo derecho...); hay gente que me quiere y se preocupa por mí; hay gente estupenda por ahí suelta (quien me conoce apenas hace unos meses y por temas laborales estuvo ahí todos los días) y además, qué coño, ya tengo otro reto por delante: recuperarme pronto y volver a correr, nadar y pedalear todo lo que pueda.

Y en cuanto a lo de que casi me hundo, ya lo he dicho, a mejorar eso, después de todo, "El hombre que se levanta es mas fuerte que el que no ha caído", así que nada, a levantarme y darle caña. Estas semanas de semiinvalidez caminaré sin parar. Hoy no soy el mismo de hace una semana, pero lo seré otra vez (o mejor).