Ayer fue un día deportivamente perfecto. El acostumbrado entrenamiento de los domingos por la mañana en el pinar fue de lo más ameno y encima fructífero, fui capaz de seguir el ritmo de estos animalotes que entrenan conmigo la primera hora y los siguientes 3 km ya lo shice algo más despacio pero acompañado y satisfecho. Por la tarde el kilómetro y medio de natación en la playa, con el mar revuelto me dejó una sensación estupenda, así que dormí como un bebé (pocas horas, pero como un bebé).
Antes de irme a la cama por fin pude ver una película que me habían recomendado, "CAMINO A LA LIBERTAD" de Peter Weir (el director de Único testigo, el show de Truman, el Club de los poetas muertos...). Narra la huída de unos presos de un horrible Gulag soviético, un infierno tal que los protagonistas intentan escapar, caminando por Siberia y parajes tan inhóspitos, a sabiendas de que se jugaban la vida, porque preferían morir libres que vivir en esa penuria.
La verdad es que es una película emocionante, aunque yo no soy ni pretendo ser crítico cinematográfico. Me recuerda un poco a ¡Viven!, y además hay partes en que me parecía estar viendo un reportaje de Nathional Geographic, con unos paisajes increíbles. Así que me ha encantado.
Encima, la película en cuestión tiene una de esas frases que me conquistan. En un momento dado, los fugados conversan acerca de qué harán a partir de ese momento, uno dice que luchará en la guerra, otro que buscará a su familia, otro que dormiría meses seguidos...y el protagonista, polaco que no podrá regresar a su país porque está ocupado mitad y mitad por comunistas y nazis (tenían la negra, los tíos), dice con una convicción tremenda que, a partir de entonces"seguirá caminando, hasta que termine todo", y sigue, sigue, hasta que acaba la 2ª Guerra mundial, la Guerra Fría, cae el muro de Berlín...décadas y décadas caminando. En fin, que recomiendo esta película, aunque es un poco larga, eso sí.
Cambiando de tercio (y olé) parece mentira lo del clima este verano, estamos ya a 18 de julio aunque no lo parezca por el mal tiempo que hace, esperemos que en unos días Lorenzo se digne a calentarnos un poco a los gallegos, que esto está vacío. Por cierto que el pasado 15 fui, como todos los años desde pequeño al Río Eume en bicicleta, (el año pasado ya le dediqué una entrada a esa costumbre), esta vez fui solo, pero yo soy así, un poco goonie, y hay costumbres de la infancia que seguiré siguiendo mientras pueda.

Y a correr, por supuesto.....
Espero que la nubes laborales se aclaren pronto, te lo mereces. Nadar kilómetro y medio en el atlántico tiene mucho mérito
ResponderEliminar