DESAFÍOS...

"...sólo los que se atreven a llegar lejos, son capaces de llegar a saber lo lejos que pueden llegar..."
T.S. Elliot

martes, 29 de marzo de 2011

Previa superada



Bueno, bueno, bueno. ¡Menudo fin de semana!. El viernes juerga loca, el sábado tapeo mañanero y comilona con mi hermanita en el Casco Viejo  de Vigo y por la tarde, a pesar de la lluvia, el populacho se unió, se disfrazó de "decimononico" y a fuerza de cañas, vino peleón, risas y juerga, expulsó al invasor napoleónico. Y yo ahí en medio, claro. 

Como ya comenté, el domingo pensaba participar en la ya tradicional "pre vig-bay", carrera/entrenamiento organizada por el Centro de Alto Rendimiento Marisqueiro, (CARMA) de Vigo, un grupo de amigos que todo lo hacen bien y con mucha guasa.  Consiste, como ya dije también, en recorrer al ritmo que uno quiera o pueda el mismo recorrido de la famosa Vig-Bay, una de las carreras populares más sonadas de Galicia. 

(¡Franchute, fuera!!)

Es de coña el asunto, porque mientras otros participantes en estas lides se pasan el día anterior "reflexionando", comiendo espaguetis, bebiendo aquarius, concentrándose y acostándose prontito, yo me dediqué a  festejar la reconquista de Vigo, comiendo todo lo que se me ponía por delante, bebiendo más cerveza que un hooligan sediento en Mallorca y acostándome apenas 8 horas antes de la de salida de la carrera....como dice el triatleta Tom, ya no estoy en edad.

El caso es que allá fui, con mis ojeras puestas y mi chándal del Ría de Ferrol (hay que hacer patria) cogí el primer "Vitrasa" en 20 años (Vitrasa es como llaman en Vigo al autobús urbano) y llegué a Samil, muerto de sueño y de miedo. El día era gris oscuro, las rachas de viento fortísimas, la temperatura invitaba a meterse en la cama bajo un edredón de plumas y encima llegué el primero y allí no había nadie.  Menos mal que en unos minutos empezaron a llegar otros corredores locos, venidos de casi toda Galicia, y la cosa se animó. Cuando llegaron los miembros del equipo organizador,  el hielo se rompió definitivamente y todo fueron risas y buen ambiente. ¡Como para no romper el hielo la aparición de varias chicas muertas de risa disfrazadas de chinas y animadoras!. La cosa pintaba bien y así continuó. 

(Cara de sufrimiento, ejem)

Nos dividimos en grupos según el tiempo que pensábamos hacer. Mi objetivo era "educar" la cabeza para aguantar mucho tiempo corriendo y conocer el recorrido, sin agotarme ni (sobre todo) lesionarme así que me apunté en el grupo intermedio, entre hora cuarenta y hora cuarenta y cinco. Muy simpáticos todos y con un experto corredor haciendo de liebre (Aguita, gracias). El CAR MArisquero lo organizó bien, había hasta avituallamientos en lo km 10 y 15, con las chicas del club vestidas de animadoras con sus pompones y todo. Una vez pasadas las dos famosas cuestas de esta carrera (que no son para tanto) incrementé un poco el ritmo y así llegué hasta el final, un poco descolgado, con el compañero de naranja que se ve en la foto, que amablemente me aleccionó sobre zapatillas adecuadas para la media maratón y aguantó como un jabato mis "¿qué? ¿cómo dices?" etc... 


(llegada a meta) 


Efectivamente, este recorrido es algo fuera de serie, las vistas son de película en prácticamente todos y cada uno de los 21.097 metros, parece que si llegas al km 10 fresco, la carrera no te va a dar problemas, ya que las cuestas se acaban en el km 8 y si se hace con cabeza, no debe haber percances. Eso sí, el viento es matador, hubo un momento en Playa América que no se podía avanzar y, sobre todo, es muy duro el tramo final. Los 4 kilómetros finales, entre el puente de la Ramallosa y la meta, son interminables, además será donde me adelanten embalados un montón de corredores, lo que a mi me hunde en la miseria, así que a ver si me mentalizo y disfruto el día 10. Objetivo que me marco, bajar de la hora 35, a ver...


Como colofón a las buenas sensaciones, al llegar a Bayona nos esperaba un opíparo piscolabis: te al limón, agua, cerveza, empanadillas, bica, y sobre todo, sonrisas, palmadas y satisfacción.  Mi compañero de entrenamientos, el atleta durmiente Ton, hizo un tiempo digno de carrera, lo que me eleva la moral, porque si él pudo adquirir este estad de forma en un par de meses de entrenar en serio, yo también puedo. Y lo haré. 


En resumen, una perfecta mañana de atletismo para culminar un fin de semana perfecto. Después una buena comida (pasta, como mandan los cánones, en Cambalache, rico rico) y paseo por el puerto de Vigo con cafetito en la terracita viendo la Ría, donde me encontré a ex compañeros del colegio, una maravilla. 






Ahora, a currar mucho esta semana y a entrenar todo lo que se pueda. Ánimo a quienes lo están pasando mal (si leen esto, saben que va por ellos, así que no hace falta dar más detalles) y ya sabéis, a pesar de los pesares, es lo que digo yo, ¡que la vida es bella y queda mucho camino por andar!

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