Ese era el título de una película de Manuel Summers, en plan cámara oculta, creo recordar.
Pues la verdad es que estoy de acuerdo, aunque siempre habrá la excepción que confirma la regla y hay malos malvadísimos sueltos en este valle de lágrimas, yo creo que en general (casi) todo el mundo es bueno, o por lo menos tiene algo bueno aunque no lo sepa.
¿Y a santo de qué viene todo este rollo? se preguntará quien lea esto. Ya se sabe que soy un sensiblón, el otro día hablé de que me hicieron más feliz las palmaditas de los amigos que la victoria del Real Madrid, pero es que hay cosas que dan gusto. Estos días me estoy fijando en que hay gente (mucha gente) que con actos cotidianos, posiblemente involuntarios, juega un papel más importante en la vida de los demás de lo que se creen. Y supongo que eso será recíproco, sin darnos cuenta representamos algo para los demás.
Las bromas de los compañeros de trabajo, los saludos de los otros corredores que solo conocemos de cruzarnos en nuestros trotes, el detalle del camarero que antes de que lo pidas ya está abriendo tu cervecita preferida, el e-mail del jefe felicitándote por tu trabajo, el carnicero que te saluda, quien te felicita por una carrera o te dice que no pasa nada por ir lento, los vecinos que te preguntan como te va, la chica que te sonríe en el bus, los "amigos" virtuales que comentan tus entradas en el blog...son detalles sin importancia pero te dan la sensación de que hay gente con la que se puede contar y en la que se puede confiar. Gente que nos anima en la cotidianidad, a la que, sin embargo, nunca se lo decimos, pero cuando alguno falta, lo notamos.

Alguien me contó una historia que decía que hace muchísimo tiempo Dios le prometió a un hombre bueno satisfacer su más ardiente deseo, el buenazo le dijo que le gustaría hacer el bien a los demás sin ser consciente de ello. A Dios le pareció tan buena idea que le concedió el mismo deseo a todas las personas. Y así seguimos, sin saberlo, hacemos el bien a los demás cuando actuamos con ellos como nos gustaría que hiciesen con nosotros.

Si es que es lo que yo digo, "to er mundo e güeno"
Normalmente siempre nos estamos quejando de la gente y renegando, pero yo también pienso que hay mucho de bueno en lo cotidiano y que todos tenemos una parte fantástica que mostrar al mundo.
ResponderEliminarBuena entrada y gracias por tus comentarios
Has interpretado muy mal las intenciones del lunes, Jorge y yo lo que queríamos era rematarte pero te resististe, seguiremos intentándolo en cuanto te veamos flojear...
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ResponderEliminarGracias a ti Alex.
ResponderEliminarton, ya sabía yo que vuestras intenciones no podían ser buenas...jaja. Mañana más y mejor.
Tendemos a vivir la carrera de la vida bajo la cotidianidad que nos obliga nuestros trabajos, responsabilidades y rutinas diarias, por lo que si no bajamos el ritmo, corremos el riesgo de olvidar que aunque todo el bien que puedas hacer en la vida será insignificante, es importantísimo que lo hagas. Saludos desde Vigo! DT
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