DESAFÍOS...

"...sólo los que se atreven a llegar lejos, son capaces de llegar a saber lo lejos que pueden llegar..."
T.S. Elliot

miércoles, 16 de junio de 2010

CALYPSO



Por fin he conseguido “EL ASEDIO” de Pérez Reverte, en cuanto devore sus páginas os daré mi opinión, qué contento estoy, seguro que no me decepciona. Me lo ha dejado un amigo al tiempo que me devolvía “EL MUNDO SILENCIOSO” de J.Y. Cousteau, el mítico oceanógrafo francés. El subtítulo de este libro de los años 50 explica su contenido perfectamente:” Una historia del descubrimiento y de la aventura submarinos, por los primeros hombres en nadar en las profundidades con la libertad de los peces”, se acababa de inventar el buceo autónomo.

Todos recordamos a este hombre con su gorro rojo y cara surcada de arrugas. Era un oficial naval, explorador e investigador que estudió el mar y las variadas formas de vida en él conocidas. Era además fotógrafo subacuático, y fue el primero en popularizar las videofilmaciones submarinas, un trasunto marítimo de nuestro Félix Rodríguez de la Fuente. ¿Quién no ha visto sus documentales filmados por todos los mares a lo largo y ancho del planeta a bordo del Calypso?. Cousteau fue uno de los inventores del “aqualung sistema de buceo autónomo, antecedente de los actuales Scuba, que permitió la popularización del buceo como deporte, al otorgar al buzo independencia con la superficie, al no necesitar un tubo para el suministro de aire. Es una pena que el estado de mis oídos me desaconseje la práctica de este deporte, porque seguro que me engancharía, él mismo decía que «El mar, una vez que te hechiza, te engancha en su maravillosa red para toda la eternidad”.

A Cousteau le debemos además su contribución al desarrollo de la medicina marina y que plantase la semilla de la preocupación por la conservación del medio marino : «El mar, el gran unificador, es la única esperanza del hombre. Ahora, más que nunca, aquella vieja frase tiene un sentido literal: estamos todos en el mismo barco», afirmaba. Algunos ecologistas de hoy en día deberían escucharle cuando decía «No soy ecologista por los animales. Soy ecologista por las personas» y aplicarse el cuento... Su gran amor por el mar lo explicaba diciendo que «Muchas personas atacan al mar, yo le hago el amor».

Me encantaba el nombre de su barco, “CALYPSO”, cuando leí la Odisea, de Homero, me sorprendió descubrir que ese nombre pertenece a un personaje de la épica aventura. Por lo visto era una hermosa ninfa que reinaba en la isla de Ogigia. La muy casquivana se encaprichó de Ulises cuando en su azaroso regreso a Ítaca tras la guerra de Troya naufrágo y llegó a su isla. Utilizando sus armas de mujer y sus brujerías (que vienen a ser lo mismo) y engatusándole con manjares, bebidas y sus artes amatorias, sobre todo esto último, lo retiene contra su voluntad (me río yo) en la isla durante algunos años mientras nuestro héroe cree que apenas son unos días. Incluso llegó a ofrecerle al inmortalidad si se convertía en su esposo, pero Ulises se debió cansar (no muy pronto, porque el muy golfo tuvo 4 hijos con la tal Calypso) y le pidió a su protectora Atenea que le ayudase a volver con su adorada (y cornuda) Penélope. La diosa le pidió a Zeus que ordenase a la ninfa dejar partir a Ulises y ésta obedeció claro, qué remedio, donde hay patrón no manda marinero. La leyenda cuenta que después la pobre murió de pena.

En fin, muy instructiva la historia. Lo curioso es que la isla de Calypso parece ser que se identifica con el famoso islote de Perejil, sobre cuya soberanía hace unos años hubo un curioso rifi-rafe con los marroquíes (¡Perejil español!). Aprovecho la foto con bandera rojigualda para animar a la selección, ¡que hoy debutamos en el mundial!.


Me despido por hoy que me voy a correr unos kilómetros “á beira do mar”, tranquilos que voy sin aqualung. Con esta racha que llevamos de lesiones unos, accidentes ciclistas otros, etc. uno ya no puede hacer planes de entrenamiento, osea que hoy no tengo ni idea de si correré una hora, haré series, o vaya usted a saber. El caso es moverse, sudar y disfrutar.

El capitán del Calypso, decía que “Las misiones imposibles son las únicas que tienen éxito», vamos, algo así como el famoso “impossible is nothing” de Adidas. Yo no iría tan lejos, prefiero pensar sí que hay metas imposibles, pero entendiendo que “el desafío de los límites está en el camino, no en la meta" (esta frase la leí en algún sitio pero no recuerdo donde, el caso es que me gusta), así que allá voy, a caminar, pero a ritmo de carrera, claro.

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